FORTALEZA.- La lesión de Neymar y su consecuente marginación por lo que queda del Mundial tiñe cualquier comentario respecto del partido que ayer Brasil le ganó a Colombia 2 a 1 por los cuartos de final. El equipo de Luis Felipe Scolari era, en este torneo, todo lo que el 10 se había propuesto. De ahora en más, será lo que sus compañeros puedan.

Neymar, que llevaba un promedio de un gol por partido en este torneo, esta vez se puso el traje de asistidor. En el marco de un inicio abrumador para los brasileños, la estrella local mandó un centro perfecto para Thiago Silva, que la empujó a la red con la primer parte del cuerpo que pudo. Así de sencillo se lo hizo “Ney”.

Colombia, uno de los mejores equipos del torneo hasta aquí, no podía reaccionar. Parecía un boxeador que había encajado un golpe de entrada y nunca podría establecerse sobre sus pies. Ese presagio no se cumpliría pero eso sucedió más adelante.

En el medio, Brasil seguía empujando y llenando el área del equipo de José Néstor Pekerman de situaciones de gol. Nada de lo que había podido hacer en los partidos previos le salía.

Para colmo, el español Carlos Velasco Carballo parecía ayudar a inclinar una cancha que estaba inclinada por la propia acción de Brasil. El 1-0 del entretiempo sonaba poco para el local y casi un premio para los colombianos.

En el segundo tiempo, otra fue la historia: James Rodríguez ayudó a que Colombia se despidiera con la frente en alto. El dolor por haberse quedado sin Neymar para el resto del torneo es el mismo para con el ex Banfield que deberá regresar a casa luego de haber cumplido una de las actuaciones más consagratorias en un campeonato del mundo.

Incluso es el goleador con seis tantos con el penal de ayer. Ese tanto solo sirvió para descontar. Antes, David Luiz había ejecutado un tiro libre tan extraño como perfecto. Al ángulo, pegándole con cara interna del pie y sin efectos.

El juego de Brasil, nunca fue descollante ni fiel a su historia, pero el triunfo fue justo, sobre todo por lo que hizo en el primer tiempo.

El gol del hombre de los rulos sentenció la historia de Colombia y extendió la de Brasil aunque sin Neymar, nadie sabe hasta donde. (Especial)