SANTO ANDRE.- Inmersa en un debate sobre el sistema táctico que utilizará, con varios jugadores resfriados y después de mostrar un fútbol pobre en octavos de final, Alemania prepara la cita ante Francia envuelta en un mar de dudas.
Las consecuencias del choque ante Argelia podrían forzar un profundo cambio en el sistema de Joachim Löw. Andre Schürrle, clave en el triunfo germano en la prórroga ante los argelinos, podría entrar de titular en la delantera y Philipp Lahm podría regresar a la defensa, su puesto natural, tras mostrar dudas poco habituales en su nuevo rol de volante. El medio quedaría en manos de Bastian Schweinsteiger, Sami Khedira y Toni Kroos. “No es cierto que no debatamos estas cuestiones. No nos aferramos a una línea. Tenemos que mirar qué es lo mejor ante Francia”, dijo el entrenador de arqueros Andreas Köpke, uno de los hombres de confianza de Löw.
Nada parece ocultar los problemas tácticos del equipo germano desde el ajustado 2-1 sobre Argelia. Y por si eso y las últimas lesiones no eran suficiente, un resfriado afectó a siete futbolistas. “Tienen gripe leve”, señaló Löw. “Por el momento no es tan grave. No quiero dramatizar. Los afectados tienen dolor de garganta”, explicó y lo atribuyó a las diferencias de temperatura y los aires acondicionados.
El delicado estado físico del plantel alemán es uno de los problemas que vienen acechando a Löw, que en los octavos de final tuvo que prescindir de Mats Hummels, engripado, y de Lukas Podolski, con una distensión muscular. “En el caso de Hummels, su estado empeoró al segundo día. Espero que no pase eso ahora”, confió Löw.
A pesar del extendido resfriado, Alemania cuenta con 22 de sus 23 futbolistas para el choque con Francia. La única excepción es el defensor Shkodran Mustafi, que sufrió un desgarro y se perderá el resto de la Copa. (DPA)