Si alguien esperaba una multitud de soldados hoy en el complejo de Ojo de Agua, deberá esperar unos días más. Arranca la pretemporada de Atlético, a las15.30 pero sin grandes novedades. Es el día uno para un regimiento que empezará poblarse hasta antes de partir rumbo a su primera misión lejos de casa: el sábado viajará a Salta, donde realizará la parte fuerte de una preparación cuyo objetivo primordial es llegar en óptimas condiciones al torneo de transición de la B Nacional.
La fiesta “decana” no estará demasiado poblada. Apenas habrá 15 profesionales en cancha: los arqueros Cristian Lucchetti y Lucas Calviño, los defensores Eduardo Casais, Bruno Bianchi, Javier Malagueño y Franco Sbuttoni, los volantes Sebastián Longo, Pablo Garnier, David Valdez, Gastón Cuevas, Guillermo Acosta y Jonathan Gómez y los delanteros Luis Rodríguez, Gonzalo Ontivero y Diego Jara. A este puñado de “pro” habrá que sumarle varios juveniles que serán probados por Héctor Rivoira: algunos podrán ganarse un lugar en la comitiva que partirá a La Linda.
Si bien el panorama es bastante oscuro, en 25 de Mayo y Chile insisten en pedir paciencia. Rivoira la tiene, según comentaron algunos dirigentes. El hecho es que si no llegan al menos cinco refuerzos más hasta el sábado casi no tiene sentido viajar. ¿Para qué? El temor es que se repita lo que sucedió con el segundo mandato de Ricardo Rodríguez.
Ayer iban cerrarse los pases de un lateral izquierdo y de un extremo, o sea un delantero por afuera, sin embargo los negociadores adujeron que el partido de la Selección contra Suiza por los octavos de final del Mundial de Brasil congelaron las conversaciones. “Fue un día quieto, nadie atendió los teléfonos”, lamentaron. No era un día para hacer negocios, aparentemente. Otro de los pedidos que sobrevuela la causa es que no se mire lo que hacen los rivales. La mayoría prácticamente ya tiene todo cocinado y planteles casi completamente conformados. Se pide eso para no entrar en crisis de ansiedad. La promesa sigue vigente: “Atlético traerá lo mejor del mercado”. Eso mismo espera Rivoira, pero tendrán que acelerar el paso, porque cocodrilo que se duerma es cartera.