El fútbol une, no divide. En su mundo conviven pobres y ricos; buenos y malos; famosos y desconocidos. Se puede saber mucho, pero siempre se aprende algo. La pasión que despierta el Mundial ratifica que es el deporte más popular del planeta. Como sucede en todas las disciplinas, hay figuras que se destacan sobre el resto. Sin embargo, en la cancha las credenciales no sirven. Son 11 contra 11 y allí las estrategias pueden eclipsar a las individualidades.

Brasil 2014 abriga las esperanzas de los poderosos y de los humildes. Brasil y Holanda son lógicos candidatos al título, por historia y poderío. Colombia está en un término medio, pero su presente lo muestra como el seleccionado de mejor rendimiento. El invitado sorpresa es Costa Rica, que escribe capítulos de ciencia ficción de una historia que promete un final de película. Ya está entre los ocho mejores. Increíble, impensado. Antes de vencer a Uruguay e Italia, de empatar con Inglaterra y de eliminar a Grecia, el más conocido era Joel Campbell, quien trascendió por comprar cientos de paquetes de figuritas para tener la suya y no le salió. Se la regalaron. Así cumplió su sueño. Hoy se habla de Keylor Navas, Christian Boñalos y Bryan Ruiz. El fútbol mueve millones de dólares, pero hay cosas que el dinero no puede comprar. La gloria sólo se consigue en la cancha.