Tanto la edición de ayer como la que usted ahora tiene en sus manos o en su pantalla, han desplegado una producción especial. El procesamiento de un vicepresidente dice demasiado. No es una noticia más. Tanto es así que en la historia argentina no hay otro vicepresidente procesado, y por cohecho.

Por las redes sociales y por las cartas llegaron las opiniones, es decir la valoración del hecho. Descargaron broncas y señalaron alegrías. Los más cautos aclararon que la alegría no era porque Boudou fue procesado sino porque la Justicia mostró independencia.

Ni alegrías, ni tristezas. En las producciones en papel y on line se buscó contar, pero también precisar la gravedad de lo que le pasa no sólo a una persona sino al Estado y a los argentinos que viven en un país donde la corrupción muchas veces es disimulada por todos.