Necesitaba ganar para seguir en carrera. El regreso a casa se tornaba inevitable. Cuando parecía que iba a correr la misma suerte que en Estados Unidos 1994 y en Sudáfrica 2010, mundiales en los que quedó eliminado en primera ronda, apareció el milagro. Y todo fue gracias a un error infantil del defensor marfileño Giovanni Sio. Grecia derrotó por 2 a 1 a Costa de Marfil y se metió por primera en octavos de final del torneo ecuménico.
Hasta el minuto 91, los “helénicos” se quedaban eliminados, ya que el 1 a 1 clasificaba a los “elefantes” africanos. Los europeos nunca se dieron por vencidos y en la última jugada llegó la gran chance. Sio derribó dentro del área a Georgis Samara, el árbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez, cobró penal y el propio delantero cambió por gol. Andreas Samaris había abierto el marcador para los europeos, mientras que Wilfried Bony había decretado el empate transitorio.
El triunfo de Grecia fue el premio al seleccionado que más buscó el arco rival y al que más orden mostró durante todo el encuentro. Ya hizo historia y ahora, en octavos de final, se las verá con Costa Rica, en una de las llaves menos esperadas de esta Copa.