NUEVA YORK.- La Argentina puede hiperventilar por la codicia de los fondos de cobertura ahora y después de otra cesación de pagos, pero las posturas y los discursos no detendrán los eventos que están fuera de su control y que la obligan a pactar con los acreedores de deuda no reestructurada ya sea la próxima semana, el próximo mes o el próximo año.

Estando frente a una disminución de sus reservas internacionales y a una recesión, un pago de U$S 6.000 millones de capital e intereses y otro bono que vence el próximo año, Argentina no puede arriesgarse a cerrar la puerta al acceso a los mercados internacionales de capitales para resolver sus necesidades de efectivo y evitar un default incluso mayor.

“En el momento de la verdad entenderán (en Argentina) que van a tener que negociar”, dijo Claudio Loser, un argentino que por años trabajó en el Fondo Monetario Internacional y hoy preside la consultora Centennial Group en Washington. “Los argentinos, este equipo, están básicamente desconectados totalmente de la realidad”, agregó el jueves Loser a un foro en Nueva York organizado por la asociación de inversores en mercados emergentes EMTA. El momento clave puede llegar incluso la próxima semana, cuando Argentina envíe un equipo de funcionarios a Nueva York para encontrarse con los llamados “holdouts”.

La presidenta Cristina Fernández dijo el viernes que su Gobierno está listo para sentarse a negociar con todos los acreedores y ser “parte de una negociación justa”.

La mandataria aseguró que dio instrucciones a su ministro de Economía y a los abogados para que generen condiciones que permitan “llegar a un acuerdo que sea beneficioso e igualitario para el 100% de los acreedores. Porque hay normas que cumplir y leyes que respetar aquí y también en el país donde se dictó la sentencia”

Argentina tiene que pagar un cupón por bonos reestructurados el 30 de este mes, pero el juez de la corte de distrito estadounidense Thomas Griesa ha ordenado al país pagar a todos los acreedores de su deuda incumplida, hayan aceptado el canje o no. Hay un período de 30 días de gracia antes de que se pueda declarar un incumplimiento, si es que elige no pagar a los holdouts U$S 1.330 millones más intereses.

Los tenedores de deuda impaga -liderados por NML Capital Ltd., una unidad de Elliott Management Corp., del multimillonario Paul Singer, y por Aurelius Capital Management, presidida por Mark Brodsky- se especializan en deuda en problemas y han usado su fortaleza financiera para llevar adelante una batalla de 13 años que está llegando a su fin.

Mente abierta

Una fuente de NML dijo que estarían abiertos a una combinación de efectivo y deuda para un acuerdo y que si se dan las circunstancias adecuadas podrían aceptar incluso menos de lo que la corte les otorgó, si todos los otros reclamos pueden resolverse de una vez para poner fin a la batalla legal.

“Parece que ella desea poder encontrar un manera de pagar y negociar con NML al mismo tiempo”, dijo una fuente que conoce la visión de NML sobre el caso.

Algunos inversores en deuda reestructurada dicen que en realidad no les importa que los holdout obtengan un pago mayor de Argentina, pero se oponen a otra propuesta de intercambiar su deuda por bonos bajo ley argentina.

“Eso sería completamente inaceptable”, indicó Ruggero de’Rossi, jefe de renta fija de mercados emergentes de Federated Investors en Pittsburgh, que tiene bonos reestructurados bajo la ley de Nueva York. De’Rossi añadió que sería suicida que el país escoja el camino hacia un default. “Realmente la única solución posible es que Argentina ofrezca una cantidad en efectivo a los holdout más algún tipo de pago en bonos, similar a lo que ya hizo con Repsol”, finalizó.