BRASILIA.- Habló feliz. José Pekerman, el argentino que manda en Colombia, fue el más conforme ayer en Brasil. Su selección lo dejó así, tras vencer a Costa de Marfil y lograr un importantísimo resultado pensando en el futuro del equipo en la máxima competencia.
Pero pese a las alegrías, Pekerman no se agrandó. Todo lo contrario. “Estamos aprendiendo a jugar un Mundial. Estoy muy feliz por la actuación de todos, es un grupo unido y lo que nosotros prometemos lo cumplimos”, enfatizó, quizás teniendo en cuenta todo lo que le costó a su equipo llegar hasta donde está hoy. En ningún momento Pekerman olvidó que dirige a una selección a la cual los mundiales le quedaron lejísimos durante largos años (se clasificó para Brasil tras 16 años de espera).
Además, el DT se dio tiempo para destacar el coraje y la valentía con la que los colombianos encararon el choque ante un rival difícil y duro como Costa de Marfil, que también llegaba de haber vencido en el primer partido (a Japón).
Para Pekerman, lo que pasó tiene que servir no sólo para seguir avanzando en Brasil, sino para aprender y crecer, siempre pensando a futuro. “Ahora espero que el seleccionado crezca, pero para eso ya debemos concentrarnos en Japón (rival del martes próximo en Cuiabá, por la tercera fecha)”, adelantó dejando en claro que Colombia aún no consiguió nada y que la máxima gloria está aún por llegar.
De lo que sí está seguro Pekerman es que jugando como lo está haciendo su equipo, y logrando los resultados uno por uno, será más fácil llegar al máximo objetivo. “El resultado de ayer ayuda mucho y permite trabajar con tranquilidad”, dijo mesurado como siempre en sus discursos, pero con la ambición intacta para seguir recibiendo nada más que buenas noticias. (Especial- Télam)