BELO HORIZONTE.- Hasta minutos antes del debut con Bosnia, uno de los cuestionados por su inactividad en la temporada era Sergio Romero, el arquero que terminó siendo clave en la victoria de la Selección (2-1).

Hoy “Chiquito” parece haber salido de la línea de fuego, pero no se olvida de quien le tendió la mano cuando todos dudaban de él: el DT Alejandro Sabella, a quien según el cuidapalos, le debe bastante.

“Sabella es un técnico que está siempre pendiente de cómo está uno, tanto física como anímicamente. Desde el día uno cuando dijo ‘estos son mis tres arqueros’, me llegaron mensajes del preparador físico o del entrenador de arqueros para ver cómo estaba, pese a que no estaba jugando”, reveló Romero.

“Por todo eso sólo puedo estar agradecido porque Sabella me bancó, pese a que no estaba teniendo la continuidad que uno debe tener para jugar un Mundial. Lo bueno es que me dio ese respaldo, más en el puesto de arquero. Y eso lo valoro”, agregó el misionero de 27 años.

Romero, desde su llegada a Mónaco en 2013, sólo atajó nueve partidos, tres por la Liga y seis por la Copa, y recibió seis goles.

Más allá de que no tuvo continuidad en la última temporada, el arquero surgido de las divisiones inferiores de Racing nunca dudó de su presencia en Brasil y tampoco sobre su condición de titular. “Me tengo mucha confianza, trabajé muchísimo en este último tiempo, puse mi cabeza en llegar de la mejor manera al predio de Ezeiza, sabiendo que iba a tener mis oportunidades. Alejandro me dejó jugar cada amistoso, hasta los dos últimos (Trinidad y Tobago y Eslovenia, el 4 y 7 de junio pasado) para que tenga ritmo. Lo único que debía hacer era trabajar duro para devolverle ese respaldo”, puntualizó.

Ex AZ Alkmaar, de Holanda; y Sampdoria, de Italia, Sergio aseguró que los cuestionamientos de la prensa o de los hinchas no los tomó como una presión. “Si soy criticado me voy a esforzar más para no serlo. El otro día hice un buen trabajo (ante Bosnia), me fui contento, a pesar de ese gol que me hicieron”, apuntó.

“Me sentí realmente bien en el debut. Después de atajar esa pelota (cabezazo a Senad Lulic a los 40 minutos del primer tiempo) estuve más motivado, con más ganas. Me demostré a mí mismo que estaba bien. No dejé que los nervios me comieran la cabeza”, señaló.

“Este partido me dio confianza y a la vez un poco de tranquilidad porque pude devolverle el respaldo que me dieron Sabella y mis compañeros durante todo el año. Me ayudaron muchísimo”, valoró. Por último, Romero sostuvo: “para Irán ganarnos sería el triunfo del año o de su vida. Vimos el partido del lunes con Nigeria (0 a 0, en el debut en Curitiba) y sabemos que presionan en la mitad de la cancha, que son rápidos para jugar de contraataque, y que también tienen buen juego aéreo. Pero debemos fijarnos sólo en nosotros”, concluyó. (Télam)