Llegó a Brasil 2014 con el cartel de candidato al título colgado en el pecho. Su segundo puesto en Sudáfrica 2010 y su buen nivel en los últimos años así lo indicaban, Holanda era cosa seria. Y, como si fuera poco, en su debut le pintó la cara al último campeón del Mundo en un baile apoteósico.
A partir de ahí, en cualquier mesa de café, lo único que se escuchaba decir era: ¿cómo parar a esa máquina naranja de crear fútbol y marcar goles? Pero tranquilos amigos. No todo lo que brilla es oro.
Holanda tiene bases sólidas para aspirar a quedarse con la corona en un Mundial, donde hasta ahora -salvo Alemania- nadie mostró una solidez íntegra en todas sus líneas. Pero todavía falta mucho camino por recorrer y, sobre todo, los metros finales donde son pocos los que saben conjugar “mente fría y corazón caliente” para sortear los escollos más difíciles y poder abrazarse a la gloria.
Ayer arrancó bien Holanda. Un Arjen Robben intratable sacudió la modorra a los 20’ con una corrida marca registrada y un zurdazo inapelable. Gol, 1-0.
Pero ni bien movió del medio, Australia llegó al empate por obra y gracia de Tim Cahill y una volea tremenda. Ahí, Holanda cayó en un pozo, quizás un punto que deja al descubierto que no se siente cómodo cuando le mojan la oreja, con todo lo que ello implica en el espinoso camino al paraíso.
En el complemento, Australia pegó primero a través de Michael Jedinak, de penal. Pero claro, entre las licencias de una defensa australiana que parecía estar sobre patines y una delantera holandesa con ganas de subirse al máximo pedestal, Holanda inclinó la balanza a su favor. Robin Van Persie y Memphis Depay firmaron sus conquistas, dejaron a su equipo con un pie en octavos y anotaron otro punto por el que los dirigidos por Louis Van Gaal son candidatos: cuando apretaron el acelerador fueron una topadora y dieron vuelta el resultado.
Ahora, retomando el comienzo de estas líneas, ustedes se estarán preguntando ¿qué más tiene que hacer Holanda para convencer de que es serio candidato? Tiene todo para serlo:
1) En este torneo dejó en rídiculo a España, dándole una lección de fútbol y goles.
2) Tiene una delantera temible; Robben y Van Persie están en un momento mágico y, cual rey Midas, lo que tocan lo convierten en oro.
3) Ayer dio muestras de entereza al dar vuelta un partido que se le había complicado demasiado.
Pero claro, debe aprobar un examen más; quizás el más difícil: dar muestras de coraje cuando las papas queman. Justo ese ítem que fue un dolor de cabeza para los holandeses y que no les permitió, hasta ahora, subirse a lo más alto del Mundo.