España llegó a Brasil con la frente alta. Era el campeón defensor. Considerado por muchos el mejor equipo del planeta, pese al bajón experimentado en los últimos tiempos por el desgaste que fueron sufriendo sus principales figuras y al mal momento de los jugadores de Barcelona. Sin embargo, desde el primer día se puso la “pilcha” de candidato. Y la mantuvo pese a perder 5 a 1 contra Holanda. Ese resultado fue un duro golpe. El campeón quedó “groggy”, contra las cuerdas. Debía apelar a su oficio para salir airoso y llegar al menos a la última vuelta de la primera fase con chances de clasificarse. Pero terminó de rodillas. Apenas Chile le “tocó el mentón” se derrumbó en la lona.

España fue en Brasil 2014 como “Maravilla” Martínez en el Madison Square Garden: un campeón sin hambre de gloria y con el físico desminuido. El tiempo le pasó factura y se quedó sin corona. No es el primer defensor del título que queda eliminado en primera ronda. Lo sufrió dos veces Italia (1950 y 2010), una Brasil (1966) y Francia (2002). Pero es el primero que se despide cuando queda una fecha con dos derrotas. Hizo un gol de penal y le marcaron siete en contra. Sólo el fútbol es capaz de transformar al mejor en el peor en apenas 90 minutos.