En Francia 1998 se adoptó el sistema de 32 equipos divididos en ocho grupos. Desde entonces nunca la primera fecha de un Mundial había ofrecido una media tan alta de goles: 3,06 de promedio, producto de los 47 tantos anotados en 16 partidos. Un comienzo promisorio, que invita a proyectar un torneo intenso, vistoso y con partidos atractivos.
Hasta ahora el mejor promedio al cabo de la fecha inicial le pertenecía a Japón/Corea del Sur 2002, con 2,87. Después figuraban Alemania 2006 (2,43), Francia 1998 (2,31) y Sudáfrica 2010, cuyo arranque fue pobrísimo en emociones (apenas 25 goles, 1,56 de promedio). Los partidos con más tantos en Brasil fueron Holanda 5, España 1; Alemania 4, Portugal 0; y las victorias por 3 a 1 del local sobre Croacia, Chile sobre Australia y Costa Rica sobre Uruguay. El único 0 a 0 de la primera fecha fue el soporífero Irán-Nigeria.
De las estrellas convocadas en Brasil, la decepción de la primera fecha fue Cristiano Ronaldo, el más flojo de los llamados a ser protagonistas. En cambio, Messi, Neymar y Robben cumplieron con su cuota. Para destacar es el rendimiento del alemán Müller, quien llevó ocho goles en siete partidos mundialistas e integra uno de los equipos más sólidos que se vieron hasta el momento. Claro que esto recién empieza.