Si los planetas se mantienen alineados, los caminos conducen a un choque Argentina-Bélgica en cuartos de final. De allí el interés por ver el debut del equipo de Marc Wilmots, la sensación de Europa. Los belgas son candidatos a ganar el Grupo H y lo ratificaron con la victoria por 2 a 1 sobre Argelia, pero los tres puntos les costaron más de lo esperado. Los cambios introducidos en el complemento fueron los que modificaron el rumbo del partido en Belo Horizonte. Sí, Bélgica se impuso con justicia, pero no estuvo a la altura del nivel exhibido en las Eliminatorias ni en los amistosos premundialistas.

Eden Hazard, talentoso volante de Chelsea de Inglaterra, es el dueño del equipo. Los argelinos le pusieron marca personal durante el primer tiempo y, sin su aporte, Bélgica perdió la principal fuente generadora de fútbol.

También es cierto que durante esos 45’ iniciales Hazard no tuvo con quién dialogar y terminó perdiendo la pelota una y otra vez. Primera lección: hay una Bélgica con Hazard y otra casi inofensiva sin el aporte de su conductor.

Argelia firmaba el empate y, casi sin pensarlo, se encontró ganando 1 a 0. Vertonghen cometió penal y Feghouli lo convirtió en gol. El cotizado arquero Courtois todavía debe estar lamentándose, porque ese fue el único disparo al arco que acertaron los africanos durante todo el partido. En el segundo tiempo, tras un córner, se produjo un cabezazo desviado por poco. Nada más.

Dueño de la cancha y de la pelota, Bélgica jugó una primera parte olvidable. Lo peor fue la apatía de sus mediocampistas y la carencia de recursos en ataque. Por eso Wilmots movió las piezas y en la segunda mitad se vieron esbozos del seleccionado del que tanto se habla. El jugador clave fue Fellaini, un revulsivo en la zona de volantes por su dinámica y su sentido del juego colectivo. Hazard tomó confianza y Witsel, interesante volante central, consolidó todas las condiciones que había garabateado en el comienzo. El propio Fellaini igualó de cabeza, tras un perfecto pase de De Bruyne, y Mertens, reemplazante del inexpresivo Chadli, liquidó el pleito en un contragolpe furibundo, bien manejado por el rápido Hazard.

Del rendimiento defensivo belga poco se puede analizar, porque Argelia nunca exigió a los cotizados centrales Kompany (Manchester City) y Van Buyten (Bayern Munich). Sí se notó que Kompany -el capitán- es el que sobra en el fondo cuando Van Buyten sale a cortar lejos del área. Dembele y Lukaku, dos de las figuras, pasearon como turistas por el Mineirao y por eso fueron suplantados. ¿Conservarán la titularidad en el próximo partido? Mmmm…

Por potencial, espíritu ofensivo y calidad individual, Bélgica tiene todo para avanzar. Deberá jugar mucho mejor que ayer, básicamente que en ese primer tiempo anodino e incomprensible. Después enderezó el barco. Antes de un hipotético duelo con Argentina le quedan un par de mares para seguir navegando.