CARACAS.- La aceleración de la inflación en Venezuela ha aumentado la presión sobre el presidente Nicolás Maduro para que acelere una transición hacia una economía más amigable con el mercado, en momentos en que el modelo de control estatal y socialismo se encamina hacia la estanflación.
Los precios al consumidor superaron el 60% anual en mayo y la escasez afecta al menos un tercio de los bienes de consumo masivo, lo que ha llevado la tasa de aprobación de Maduro a un 37%, debilitando su posición como el heredero político del fallecido carismático líder, Hugo Chávez.
Si bien el ex sindicalista ha aplicado medidas aplaudidas por Wall Street, tales como flexibilizar los controles cambiarios introducidos por Chávez, no han sido suficientes para prevenir que el crecimiento se desacelere o que la inflación se eleve a su nivel más alto desde comenzó a aplicarse una nueva metodología en 2008. El Banco Central atribuyó el alza de 5,7% de la inflación en mayo a las protestas opositoras, pero los economistas dicen que la verdadera culpa reside en que la liquidez monetaria se duplicó desde el comienzo del año pasado.
“Es mas fácil echarle la culpa a las protestas que recortar el gasto y mantener disciplina fiscal, que tiene un costo político elevado. Si no controlas las distorsiones monetarias, no vas a controlar la inflación”, dijo Asdrúbal Oliveros de la firma local Ecoanalítica.
La inflación anualizada de un 60,9% es un dolor de cabeza para las firmas transnacionales como Colgate-Palmolive, que ha visto sus ganancias caer ante el aumento de los costos y la devaluación.
Para lograr cualquier estabilización de los precios se requiere recortar el gasto público, pero el Gobierno se ha mostrado reacio a disminuir sus desembolsos porque esto podría exacerbar la desaceleración que el Producto Bruto Interno (PBI) ha venido experimentando sostenidamente desde 2013.
Los altos precios han recortado los beneficios de los programas sociales desarrollados por el fallecido Chávez, quien ganó repetidas elecciones repartiendo los ingresos petroleros entre los más pobres, a través de clínicas gratuitas, alimentos subsidiados y becas para madres solteras. La pobreza se redujo casi 25 puntos porcentuales durante los 14 años de gobierno de Chávez, pero la inflación contribuyó a que el indicador retrocediera 4 puntos porcentuales en promedio en 2013 desde 2012.
Por lo general las discusiones sobre asuntos macroeconómicos son material de bromas entre los venezolanos, que usan Twitter o las largas filas en los supermercados para reírse de las finanzas venezolanas. “Con una inflación tan feroz, es una inversión comprar plátanos verdes por racimos e irlos consumiendo mientras maduran”, escribió el experto en redes sociales Luis Carlos Díaz, refiriéndose a los típicos plátanos fritos que acompañan los almuerzos venezolanos.
Maduro alega que los problemas son el resultado de una “guerra económica” liderada por la oposición apoyada por Washington, y culpa a los “saboteadores” y especuladores de empujar al alza los precios.