Si fuma, la inflación le golpeó de lleno en mayo. Si aprovechó los fines de semana largo para irse a descansar, también. Si se le rompió algún artefacto electrónico, tal vez pago algo más que lo habitual. Esos tres rubros fueron los que más se encarecieron el mes pasado: un 24,5% fue la variación en cigarrillos; otro 9% se incrementó el gasto en transporte por turismo y un 7,3% lo hicieron los equipos, conexiones y servicios de audio, TV y computadoras. Pero, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la contención de los precios de los principales artículos que componen la canasta alimentaria argentina permitió que la inflación oficial de mayo sea sólo del 1,4%. Más aún, el acumulado de los primeros cinco meses del año fue del 13,5%, de acuerdo con el reporte difundido ayer por el organismo estadístico.

“Este es un dato muy importante, por como lo veníamos diciendo hay una fuerte desaceleración del índice en general de precios y en particular en Alimentos y Bebidas”, destacó el ministro de Economía, Axel Kicillof, al anunciar el resultado. El funcionario subrayó que “esta baja se obtuvo luego de trabajar sobre prácticas monopólicas donde se obtienen ganancias extraordinarias”, consignó la agencia de noticias DyN.

El ministro destacó la acción del gobierno y acotó: “nos cansamos de anunciar políticas sobre precios. Hemos trabajado sobre precios de alimentos, de hidrocarburos, de la construcción y ahora estamos trabajando sobre los automóviles”. La medición oficial estuvo por encima del conocido como “Índice Congreso” que para mayo había sido de 2,28%. “Sobre las otras mediciones, de presuntos especialistas, el índice del Congreso es un nombre bastante desencajado; yo lo llamaría índice de precios inconsistente, no tiene ninguna lógica, ni sus variaciones”, enfatizó.

De acuerdo con la medición oficial los rubros que registraron mayores aumentos fueron “esparcimiento”, 2,7%, y educación, 2%.

A su vez, indumentaria registró un alza de 1,3% al igual que equipamiento y mantenimiento del hogar. Vivienda y servicios básicos subió 1,1%. Debido a que no existe un factor de empalme no se puede conocer la variación de precios con respecto a mayo de 2013.

En lo que respecta a alimentos, el Indec registró una variación de 0,7%, impulsado por carnes y bebidas con alzas de 1,2%.

La Argentina había cerrado el 2013 con una elevada inflación cercana al 30% -según datos privados-, que llevó a la actividad económica del país a desacelerarse con fuerza en los últimos meses. Algunos economistas vinculan la desaceleración de la economía con el freno que atraviesa el aumento de precios, señala un cable de la agencia internacional Reuters.

Ante la desconfianza que generaba la anterior medición oficial de la inflación, las autoridades elaboraron un nuevo índice de precios que comenzó a aplicarse a partir de enero pasado. El IPCNu, que fue elaborado con la asesoría del FMI, reemplazó desde entonces a un desacreditado indicador con el que el Gobierno midió un alza del costo de la vida de un 10,9% en 2013, casi un tercio del cálculo privado.

Expectativas

La tendencia creciente de las expectativas de inflación viene dada por el desborde fiscal, el aumento del déficit fiscal y de la emisión monetaria destinada a asistir al Tesoro. “Si la gente piensa que la inflación se acelerará, ésta terminará acelerándose por más que el nivel de actividad se contraiga; ya que las expectativas son más determinantes de la inflación que el PBI”, indica un reporte de Economía & Regiones.

Con mayor gasto, déficit y más alta emisión monetaria, apunta la consultora, el público aumenta sus expectativas de inflación y espera más devaluación. “Los agentes económicos aumentan su demanda de dólares. Caen las reservas, se encarece el dólar blue y se reduce la confianza del consumidor, el público pospone consumo presente induciendo una caída del nivel de actividad y del empleo. De modo que se efectiviza un círculo vicioso entre expectativas de inflación, dólar, expectativas de devaluación, inflación y nivel de actividad”, advierte.