“No quiero creer que ahora que se está terminando un ciclo, se intente reglamentar el pensamiento, a la manera orwelliana”, enfatizó ayer el periodista Joaquín Morales Solá, en alusión a la novela “1984”, el clásico de George Orwell que encierra una crítica feroz a los totalitarismos y al pensamiento único. Fue ayer, en el cierre de las disertaciones que ofrecieron él y el economista Enrique Szewach en la sala teatral del hotel Hilton Garden Inn, en el marco del ciclo de LA GACETA.

Esa fue la respuesta a una pregunta del público acerca de la flamante secretaría de Pensamiento Estratégico con el que la presidenta Cristina Fernández designó al filósofo Ricardo Forster. Entre las preguntas que hizo la audiencia al cierre de las disertaciones surgieron, inevitables, la preocupación sobre el futuro del dólar (Szewach estimó un tipo de cambio de entre $10 y$12); sobre el curso que seguirá la inflación (ambos auguraron que, en principio, no están dadas las condiciones para una hiperinflación); y sobre la relación “Cristina - Boudou”, entre otros de los temas que hoy circulan en la agenda más pública. Así como ambos coincidieron en la evaluación de que “no hay oxígeno para una hiperinflación”, también lo hicieron en sus observaciones de que “hay riesgo de inflación alta y de pérdida de empleos”.

Entre otras definiciones “disparadas” por la inquietud del público, Morales Solá recordó que el presidente del Banco Central, Juan Carlos Frábega, “la salvó a la Presidenta de la crisis de enero”, aunque subrayó que hoy, el hombre que cogobierna al lado de la Presidenta es el ministro de Economía Axel Kicilloff.

¿Considera que el próximo gobierno perseguirá la corrupción?, se le preguntó también a Morales Solá. “Si el próximo presidente es un peronista, no. Pero si lo son Macri o alguien del UNEN, va a haber una Conadep de la corrupción. Sólo podría haber un pacto de impunidad por un proyecto de ley que establezca una amnistía para los casos de corrupción. Y eso no va a ocurrir”, enfatizó el analista político. “Ese tema queda en manos de los jueces”, añadió, y recordó una anécdota del derrotero judicial del ex presidente Carlos Menem. “Cuando Menem fue preso, me consta que De la Rúa no quería que fuera preso, y lo llamó al juez D’Urso y le hizo ciertos planteos. A lo cual el juez le respondió: señor Presidente, usted me habla de conceptos, y yo tengo expedientes. Buen fin de semana”.

Las charlas

La “doble conferencia” había arrancado con el enfoque económico del presente y del futuro, a cargo de Szewach, en tanto que Morales Solá se enfocó más en la cuestión política, aunque no eludió la cuestión relativa a la decisión pendiente de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos a propósito de la negociación de la deuda. (Ver crónicas sobre sendas presentaciones, “Por el problema del déficit fiscal van a seguir emitiendo” y “Cristina busca preservar su poder más allá de 2015”).

Sendas charlas y las preguntas del público discurrieron en un clima distendido; y no faltaron los guiños de familiaridad del tucumano Morales Solá para con sus coterráneos. Si al llegar a la sala muchos se preguntaban cómo alguien del público se había atrevido a llevar un bebé a una charla sobre política y economía, el disertante develó el misterio: “por ahí la escucho llorar a mi sobrina; la perdono porque es ella”.