BUENOS AIRES. - El frente judicial del vicepresidente Amado Boudou se complica. Ahora la Justicia lo investiga por la supuesta recepción de dádivas, al haber volado desde Buenos Aires hasta Necochea hace tres años en un avión privado de una empresa del mayor empresario del juego de Tierra del Fuego, el italiano Nazareno Natale.

La causa es una derivación de la que ya existe, en la que se averigua si el vicepresidente utilizó helicópteros oficiales para realizar actos en la campaña electoral de 2011. Esta vez el interés del juez federal Luis Rodríguez y del fiscal Carlos Rívolo, que ya investigó a Boudou por el caso de la ex Ciccone hasta que lo separaron del expediente, es saber si pagó por un vuelo que realizó el 17 de diciembre de 2011, a poco de asumir como vicepresidente, o si le regalaron el viaje y, si es así, quién lo hizo.

Según un informe del diario La Nación., ese día Boudou fue a inaugurar la temporada de verano en Necochea, en un encuentro en el que actuó la banda musical La Mancha de Rolando, a la que el vicepresidente suele acompañar con la guitarra eléctrica, en actos políticos. Lo esperó en Necochea el intendente Horacio Tellechea, que fue conocido luego, como el que inauguró una pileta de lona en una escuela primaria.

La ruta

Boudou viajó desde el Aeroparque hasta Necochea en un avión privado Learjet 60 XR, matrícula LV-CRB, que pertenece a la empresa Alas del Fin del Mundo SRL. La firma pertenece a Nazareno Natale, dueño del Hotel y Casino Status de Río Grande, y de Gastón Alejandro Natale, a quien cedió la mayoría de sus acciones. El avión tendría un precio en el mercado que varía entre 4 y 6 millones de dólares, y la hora de vuelo, entre 1.000 y 1.500 dólares. También usó el mismo vuelo para regresar ese día.

El fiscal Rívolo amplió la investigación que llevaba el juez Rodríguez y pidió que la empresa envíe los documentos originales con las constancias de los vuelos que realizó Boudou. En particular quiere las facturas emitidas por el pago de los pasajes, los medios de pago empleados, la nómina de empleados que dieron trámite el pedido del pasaje, y todo registro que obre sobre el modo en que se realizó el vuelo, así como la lista de pasajeros.

Rívolo le solicitó al juez que, en caso de que no le sea entregada la documentación, se ordene el allanamiento de la empresa. El fiscal calificó, en principio, los hechos denunciados como posible recepción de dádivas, que el Código Penal castiga en su artículo 259 con penas de un mes a dos años de prisión. Rívolo quiere que se les tome declaración a los pilotos de Alas del Fin del Mundo, capitanes Fabio Ariel Tripolatti y Federico Javier Vergara, y que aporten sus libros de vuelo.

Trasbordo

Boudou llegó a Necochea en ese avión y allí abordó el helicóptero Bell 407 Long Ranger, matrícula LV-CIB, de la empresa constructora Ecodyma. Con esa máquina hizo los 15 kilómetros que lo separaban del Parque Lilio, donde se produjo el acto de lanzamiento de la temporada estival, una semana después de asumir la vicepresidencia. Ese vuelo era el objeto de la investigación, que ahora se amplía.

El juez Rodríguez le tomó declaración testimonial al piloto de ese vuelo, Marcelo Scaramelli, pero el fiscal Rívolo pidió la nulidad de esa declaración porque Scaramelli es director suplente en el staff de la empresa. Entonces -a juicio del fiscal- no podría declarar como testigo, sino como eventual imputado de entregar las dádivas, pues es uno de los integrantes de la empresa. El juez rechazó el pedido del fiscal y ahora la Cámara Federal deberá resolver el asunto.

A su vez, Ecodyma Constructora SA está asociada con Austral Construcciones, de Lázaro Báez, contratista del Estado. Se investiga si existe alguna incompatibilidad entre ese vuelo, el cargo del funcionario y los contratos que tiene. En la causa, el jefe de la División Custodia Vicepresidente y Presidente del Senado le informó al juez Rodríguez únicamente el traslado en helicóptero. Nada dijo del vuelo privado que llevó a Boudou desde Buenos Aires hasta Necochea. (Especial)