De todo un poco tiene el grupo E del Mundial. Un equipo que sueña por antecedentes, otro que basa su solidez en una individualidad, uno que está casi humillado y hasta un equipo que lo único que busca es ganar un partido. Suiza, Ecuador, Francia y Honduras son los que circulan por esos extremos.

Los suizos son los más ambiciosos: el destino que se plantearon son las semifinales. El técnico alemán, Ottmar Hitzfeld, no deja nada librado al azar y con nueve jugadores suizos que juegan en el fútbol alemán armó un plantel para avanzar, como mínimo, a los octavos de final. ¿Por qué no más? Si se tiene en cuenta Sudáfrica 2010, los suizos pueden hacer frente a muchos desafíos. Basta armarse con los recuerdos de aquel 16 de junio de 2010, cuando dieron el “batacazo” al vencer a España, luego campeón mundial.

Contrariamente a la columna vertebral que conformó Hitzfeld, el técnico de Ecuador Reinaldo Rueda confía que Antonio Valencia puede llevar al equipo hasta los octavos de final. Las cinco temporadas en Manchester United del “Tren” impactan. Los ecuatorianos tienen un combinado duro y físico de mitad de cancha hacia atrás y fresco y atrevido del mediocampo para adelante. Es Valencia, por la derecha del lateral, el punto clave para atacar con Jefferson Montero, su jugador más “picante” por la izquierda.

Por su parte Francia, antes dueña de una historia grande, está hecha añicos tras la derrota ante Sudáfrica en 2010 que detonó el cóctel explosivo. Insultos en los vestuarios, discusiones que casi terminan a los golpes y un motín de jugadores marcaron el final de un ciclo. Didier Deschamps, que condujo al seleccionado a Brasil, sin antes sufrir en el repechaje contra Ucrania, es quien comandará el operativo “Recuperación” sin el máximo referente en la ofensiva, Frank Ribery, descartado por una lumbalgia.

Y si Francia necesita hacer memoria, Honduras recién busca descubrir lo que se siente ganar un encuentro. Honduras tiene seguridad en su arquero, continúa en la jerarquía de los zagueros centrales, sigue en el despliegue del mediocampo y finaliza en el fútbol del enganche Roger Espinoza, su mejor jugador. Ya quedó en el pasado la ingenuidad futbolística hondureña, destacándose el hecho de que muchos de sus valores juegan en el exterior. Los cuartos de final en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 también generan esperanzas. Por todo esto Honduras está convencido que puede sumar su primer triunfo mundialista y dejar de ser la “Cenicienta”. (Télam-Especial)