Dios los crió y el bolillero los juntó. El azar parece que se olvidó un poco de la casualidad y, por alguna fuerza del destino, reunió a selecciones con antecedentes similares. Tan parecidos son los equipos integrantes del grupo C que es complicado establecer un candidato para avanzar a los octavos de final. Y, aunque les resulte odioso a los que defienden o simpatizan con Colombia, Grecia, Costa de Marfil o Japón, sus fojas no invitan a creer que el sueño máximo de ser campeón del mundo es posible para ellos. Pero...
Para los colombianos la ausencia mundialista fue de 16 años. De la mano de un argentino, José Pekerman, regresaron luego de competir por última ocasión en Francia 98. Los octavos de final de 1990 fue el mejor rendimiento de los cafeteros, huérfanos de euforias como el 5-0 con el que masacraron a Argentina en las eliminatorias hacia Estados Unidos 94. La hazaña en Buenos Aires de nada les sirvió más tarde en la cita ya que fueron eliminados en primera ronda. Pueden soñar con un gran Mundial, aunque sufrirán por la pesadilla que significó la baja de su delantero y máxima figura, Radamel Falcao García, quien sufrió la rotura del ligamento anterior cruzado de la rodilla izquierda y pese a todos los esfuerzos y la espera hasta último momento nada pudo hacerse.
Por el lado de Grecia, en su tercera participación mundialista, tiene como objetivo pasar la primera rueda. El caso griego es particularmente curioso: ganó la Eurocopa 2004 y no logró la clasificación para el Mundial de Alemania de 2006. Esa irregularidad al equipo dirigido por el portugués Fernando Santos, históricamente le impidió instalarse como un equipo de riesgo en el plano internacional.
Grecia finalizó segunda en la clasificación continental con 25 puntos, igual cantidad que Bosnia, pero la diferencia de gol en contra lo obligó a jugar el repechaje, donde no tuvo problemas para superar a Rumania. Los griegos tienen la deuda de mostrar en una Copa del Mundo el potencial que exhiben camino a ella.
Costa de Marfil tiene un dilema parecido. Dirigidos por el francés Sabri Lamouchi, los marfileños se clasificaron a Brasil sin complicaciones, pero deberán mantener su chapa de potencia actual en el continente africano poder olvidar los fracasos de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, citas en las que no superaron la fase de grupos.
Por su presente -y más que nada por su experiencia- Japón es uno de los candidatos del grupo para instalarse en los octavos de final del Mundial. De hecho, es una de las potencias de su continente, donde ganó las Copas de Japón 1992, Líbano 2000, China 2004 y Qatar 2011, la última edición del certamen.
También tras cuatro participaciones mundialistas intentará superar los rendimientos de Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010, donde quedó eliminado en los octavos de final; ya que en Francia 1998 y Alemania 2006 no pasó la fase de grupos.