El final fue similar, con festejo y vuelta olímpica incluida. Argentina ganó dos veces la Copa del Mundo pero en lo único que coincidieron ambas conquistas fue en el éxito alcanzado. Un título lo ganó en casa. En plena dictadura militar; el otro, jugando en México, cuando la democracia empezaba a otra vez sus primeros pasos en el país. La primera conquista llegó con la ideología futbolística de César Luis Menotti y la segunda la consiguió con el libreto de Carlos Bilardo donde la estrategia y el resultado estaban por encima de cualquier otra propuesta. En 1978 faltó Diego Maradona, quien fue figura clave en 1986.

Argentina, finalista en el primer Mundial jugado en Uruguay en 1930, tuvo que esperar casi 50 años para ganar el primer título. El éxito lo alcanzó en 1978. En pleno gobierno militar. Eran tiempos donde el gobierno se encargaba de decir que los argentinos “somos derechos y humanos” mientras los gobernantes sepultaban los derechos y tomaban decisiones que nada tenían que ver con lo humano. En un país con dos caras, el lado de la sonrisa lo dibujó el fútbol, con la actuación de la Selección, que llegó a la final contra Holanda y se impuso por 3 a 1, en tiempo suplementario, tras igualar 1 a 1 en el reglamentario.

El éxito se coronó con una campaña con altibajos que incluyó cuatro triunfos (2 a 1 a Hungría y Francia; 2 a 0 a Polonia y el polémico 6 a 0 contra Perú) una derrota (1 a 0 ante Italia) y un empate (0 a 0 frente a Brasil) antes de disputar la final.

El “Matador”

El torneo fue consagratorio para Mario Kempes, que llegó como máxima figura luego de una gran campaña en Valencia, de España. En esa lista, Menotti optó por los jugadores que militaban en clubes argentinos y apostó al “Matador” para ponerle un toque de experiencia europea al equipo. Tras una durísima primera rueda en la que el delantero no marcó goles, Argentina debió mudarse a Rosario para jugar de local en el estadio “canalla” y eso revitalizó al delantero, que había jugado allí antes de emigrar a Europa. Sus goles fueron decisivos para llevar al anfitrión a la final y ganar la Copa del Mundo por primera vez en la historia. Un éxito que se opacó por el momento que atravesaba el país y por las dudas que se generaron a partir de la goleada a Perú, necesaria para eliminar a Brasil.

Donde Argentina no sembró dudas fue en México 86. Bilardo sobrevivió a las duras críticas previas, que pusieron en riesgo su continuidad hasta días antes de comenzar la competencia y se aferró al gran momento de Diego Maradona, capitán y símbolo del equipo. Una clasificación en primera fase sin problemas; el inolvidable triunfo a Inglaterra con la ayuda de la “mano de Dios” y la final ganada a Alemania (3 a 2) pusieron a Argentina en la cima del fútbol mundial. Un lugar que no volvió a ocupar hasta ahora y que espera recuperar en Brasil.

URUGUAY 1930

La Selección llegó a la primera Copa del Mundo de la historia como una de las máximas candidatas a quedarse con el título. Claro, la medalla de Plata en los Juegos Olímpicos de Amsterdam 1928, invitaban a soñar con el máximo escalón del podio. Además, el arranque fue a todo vapor: tres victorias para meterse en las semifinales del torneo. Argentina derrotó a Francia 1-0 en el debut, y después despachó a México 6-3 y a Chile por 3-1.

La semifinal fue casi un trámite para el equipo que en ese entonces dirigía Francisco Olazar: victoria 6-1 sobre Estados Unidos para meterse en el partido decisivo.

Pero la derrota se cruzó en el peor momento. Uruguay frenó en seco el andar arrollador con un 4-2 que la dejó en las puertas de la gloria.

ITALIA 1934

Este no fue un buen Mundial, ni mucho menos, para Argentina. El combinado nacional viajó a Italia sin sus principales figuras, producto del conflicto con la Asociación de Clubes Profesionales. Esta no estaba afiliada a la FIFA y había decidido no ceder a sus jugadores a la Selección.

Mientras el DT argentino, Felipe Pascucci, sufría por la ausencia de los máximos referentes de su equipo, el seleccionado del país anfitrión disfrutaba de cuatro coterráneos: Raimundo Orsi, Luis Monti, Enrique Guaita y Attilio Demaría.

Con semejante panorama desalentador, el final estaba casi cantado: Argentina perdió por 3-2 el primer partido contra Suecia y quedó eliminada rápidamente.

SUECIA 1958

Argentina, volvió al ruedo luego de ausentarse en tres mundiales, pero los problemas seguían. En esta ocasión, el DT Guillermo Stábile tuvo que conformarse con un plantel integrado con jugadores del medio local. La AFA había decidido no convocar a los futbolistas que actuaban en el exterior debido a que los consideraba una deshonra al fútbol nacional.

La Selección cayó en el debut contra Alemania por 3-1. En el segundo duelo, derrotó a Irlanda del Norte por 3-1, pero el sueño no iba a durar demasiado. Checoslovaquia fue la encargada de mandar de nuevo a casa al elenco nacional con un contundente 6-1.

Fue la peor derrota de Argentina en mundiales y el punto final para esa incursión.

CHILE 1962

Otro golpe a la ilusión. Juan Carlos Lorenzo, DT nacional por ese entonces, había armado su equipo en base a jugadores que pasaban por un gran nivel como Antonio Roma, Federico Sacchi y José Sanfilippo. La intención estaba más clara que nunca: pelear el Mundial hasta las últimas consecuencias.

El primer paso lo dio con firmeza. Arrancó ganándole a Bulgaria por 1-0, pero en el segundo duelo cayó ante Inglaterra por 3-1. Esa derrota lo dejó implorando por un triunfo para poder seguir en carrera. Pero otra vez, la suerte iba a serle esquiva al seleccionado nacional.

En un duelo trabado y con pocas luces, Argentina no pasó del empate contra Hungría y se quedó, una vez más, afuera de las instancias finales de la competencia.

INGLATERRA 1966

El trabajo de Juan Carlos Lorenzo tras el fracaso de Chile ‘62 dio sus frutos y Argentina llegó más armada a este Mundial. 

La Selección arrancó derrotando a España por 2-1; luego empató 0-0 con Alemania Federal y, en la última jornada le ganó a Suiza por 2-0. Se clasificó a segunda ronda, donde debía cruzarse nada más y nada menos que con el dueño de casa: Inglaterra.

ALEMANIA 1974

Fue el primer Mundial de lo que sería una seguidilla de participaciones ininterrumpidas de Argentina.

Un equipo integrado por muchas figuras de la época como Roberto Perfumo, Carlos Babington, Miguel Ángel Brindisi y René Houseman, la Selección arrancó el torneo perdiendo contra Polonia (2-3), luego empató con Italia (1-1), derrotó a Haití (4-1) y se clasificó a la siguiente fase. Pero ese fue el punto final.

En esa instancia, el conjunto dirigido por Enrique Omar Sívori, arrancó cayendo ante el poderío de Holanda (0-4). La derrota contra la “naranja mecánica” lo dejó malherido de cara al futuro. Y no pudo recuperarse: cayó también contra Brasil (1-2) y se despidió del torneo con un empate (1-1) ante Alemania Democrática.

La resistencia argentina duró hasta la discutida expulsión que sufrió Antonio Rattín, a los 36’ de juego. Fue una jugada que quedó en la historia porque nunca se supo por qué habían expulsado al capitán argentino. Tras quedarse con 10 hombres, Argentina no pudo aguantar el ritmo local y terminó cayendo 0-1, ante los que iban a levantar la Copa del Mundo.

ESPAÑA 1982

A la base del campeón en 1978 se le sumaba Diego Maradona, lo que hacía parecer un trámite el Mundial. Pero Argentina no empezó bien: cayó en el debut contra Bélgica (0-1). Luego derrotó por 4-1 a Hungría y cerró el grupo derrotando a El Salvador (2-0). Pero en la segunda ronda contra Italia y Brasil la mano sería bien distinta. Las derrotas 1-2 vs Italia y 1-3 vs Brasil lo devolvieron a casa. 

ITALIA 1990

La derrota ante Camerún (0-1), en el debut, parecía anticipar lo peor para la Selección. Pero no. Argentina, liderada por un Diego Maradona que tenía el tobillo a la miseria, logró meterse en la segunda fase derrotando a Unión Soviética (2-0) e igualando contra Rumania (1-1).

Y allí, la mano cambió. Tras un partido inolvidable vs. Brasil (“jugadón” de Diego y gol de Claudio Paul Caniggia), luego de un primer tiempo a toda orquesta de los brasileños, apareció en todo su esplendor Sergio Goycochea, en los penales, para eliminar a Yugoslavia e Italia. Pero en la final, los dirigidos por Carlos Bilardo bebieron de su propia medicina: penal de Andreas Brehme que “Goyco” no pudo parar, triunfo alemán y medalla plateada para Argentina.

EE.UU. 1994

Era una de las selecciones que más prometían. Al regreso de Diego Maradona, al equipo que dirigía Alfio Basile se le sumaban nombres como Gabriel Batistuta, Fernando Redondo, Claudio Caniggia y Diego Simeone.

El Mundial arrancó con todo para los albicelestes: goleó a Grecia (4-0) en el debut y derrotó a Nigeria (2-1). Pero tras ese duelo, Maradona dio positivo en el control antidoping y Argentina se derrumbó cual castillo de naipes.

A pesar de caer contra Bulgaria en el último duelo del grupo (0-2), se clasificó a octavos de final. Pero el anunciado final tras el golpe del “Diegogate” no iba a poder modificarse. Rumania fue mucho para un equipo que parecía muerto en vida. El 2-3 final fue también el fin de la ilusión.

FRANCIA 1998

Otra vez, Argentina aparecía entre los candidatos al título. Dirigido por Daniel Passarella, la Selección arrancó el Mundial con todo: ganó los tres partidos de la primera fase; 1-0 sobre Japón, 5-0 contra Jamaica y 1-0 sobre Croacia.

Y tras una gran primera ronda, el sueño del tricampeonato parecía cada vez más sólido.

En octavos de final se cruzó con Inglaterra en un duelo que muy recordado. Tras un 2-2 con todos los matices, el duelo se definió por penales. Y allí apareció en todo su esplendor Carlos Roa y se transformó en el héroe albiceleste. “Lechuga” detuvo dos penales y aseguró la clasificación a cuartos.

Allí, Holanda fue el nuevo verdugo. El día del cabezazo y expulsión de Ariel Ortega a Edwin Van der Sar, Argentina cayó 1-2 y se despidió.

ALEMANIA 2006

Con José Pekerman como DT y la base de jugadores de la etapa dorada de las selecciones juveniles, con Román Riquelme, Juan Pablo Sorín y Esteban Cambiasso, entre otros, más la irrupción de Lionel Messi, Argentina parecía cosa sería. Arrancó el torneo con dos victorias: 2-1 sobre Costa de Marfil y 6-0 ante Serbia. Luego empató 0-0 contra Holanda y obtuvo el pasaje a octavos.

En esa instancia derrotó por 2-1, en el alargue a México, con un golazo de Maximiliano Rodríguez. Pero el duelo de cuartos de final volvería a ser la etapa maldita para la selección nacional.

Tras empatar 1-1 en los 180’ contra Alemania. El arquero Jens Lehmann fue el héroe bávaro y sentenció los sueños argentinos

SUDÁFRICA 2010

Diego Maradona, esta vez con el buzo de DT, prometía devolverle a la Selección la gloria de antaño.

El equipo arrancó el torneo viento en popa. Ganó los tres partidos del grupo, Nigería (1-0), Corea del Sur (4-1) y Grecia (2-0) con un buen nivel y contundencia y selló su pase a octavos. Allí al igual que en 2006, volvería a cruzarse con México, al que también despachó con solvencia. Fue 3-1 y pasaje a los, a esta altura, malditos cuartos de final. Y una vez más, el verdugo de los Mundiales volvería a aparecer en el camino argentino.

Alemania fue una aplanadora imposible de controlar por el equipo argentino. Fue un 0-4 claro, lapidario, sin atenuantes con el que Argentina volvió a despedirse de un Mundial sin lograr superar esta fase.