VATICANO.- El papa Francisco oró ayer junto al presidente israelí, Shimon Peres, y su par palestino, Mahmud Abbas, por la paz en Cercano Oriente e instó a las partes a tener el valor de llevar a cabo gestos concretos a fin de poder vivir como hermanos.
“Espero que este encuentro sea el comienzo de un camino nuevo en busca de lo que une, para superar lo que divide”, expresó Francisco en los jardines del Vaticano, durante una ceremonia a la que también acudió el patriarca Bartolomé I.
En el encuentro, visto como un hito en el marco del reiterado estancamiento de las negociaciones entre israelíes y palestinos, el papa hizo hincapié en el concepto de la fraternidad.
“Su presencia, señores presidentes, es un gran signo de fraternidad, que hacen como hijos de Abraham”, destacó Francisco, quien, no obstante, no dejó de advertir que “el mundo es un legado que hemos recibido de nuestros antepasados, pero también un préstamo de nuestros hijos: hijos que están cansados y agotados por los conflictos; hijos que nos piden derribar los muros de la enemistad y tomar el camino del diálogo y de la paz para que triunfen el amor y la amistad”.
El Vaticano subrayó que el de ayer no era un acto político sino meramente religioso. Y el propio Papa recordó que el objetivo era “implorar de Dios, juntos, el don de la paz” luego de que “el maligno, por diversos medios, ha conseguido impedirla”.
Los invitados
Tras las palabras del pontífice católico se pronunció Peres, quien señaló que israelíes y palestinos también ansían transitar ese camino. “Todos necesitamos la paz, una paz entre partes que tengan los mismos derechos”, dijo quien ocupa la presidencia israelí hasta julio. Subrayó la importancia de llevar ese objetivo pronto a la práctica, incluso aunque exija sacrificios.
Luego le siguieron las palabras del líder palestino Abbas, quien también pidió por “una paz justa, vida digna y libertad” para su pueblo. “Señor, pido por un futuro floreciente y prometedor para nuestro pueblo y por libertad en nuestro Estado soberano e independiente”, añadió. Tras la oración de los tres representantes, el Papa plantó un olivo junto con sus invitados y luego se retiró para mantener con Abbas y Peres una reunión privada. (DPA)