Amplias zonas de Bosnia y Serbia se encuentran en situación de emergencia, ante las fuertes inundaciones que padecen, las que podrían transformarse en las más destructivas de los últimos 120 años. Hay unos 150.000 hogares afectados por las lluvias, con ríos convertidos en aluviones. Hay por lo menos cinco muertos, cuatro de ellos en Serbia, donde la iglesia ortodoxa ha reclamado a sus fieles que recen para pedir el fin de las lluvias. “Nunca ha pasado algo así en la historia de Serbia”, ha dicho el primer ministro del país, Aleksandar Vucic. En Bosnia, el gobierno ha convocado al Ejército para que ayude en las tareas de rescates. En Zepce, la riada destruyó gran parte del pueblo y sus vecinos tuvieron que ser rescatados en equipos con palas mecánicas. En Obrenovac, al este de Belgrado, el agua llegó hasta las ventanas de las viviendas.