Hay amigos que están presentes, aunque no se los advierta. No son invisibles. Son generosos, nobles, tolerantes. Es muy poco lo que piden a cambio, un poco de agua, un cuidado mínimo, quizá necesitan de vez en cuando una palabra de afecto. Cuando no se los tiene en cuenta ni se los mantiene, corren el riesgo de enfermarse, se vuelven frágiles, se quiebran, se ahuecan y al desplomarse pueden provocar daños. Pero siempre son más los beneficios que nos brinda el árbol que los perjuicios. La Municipalidad de Tafí Viejo parece entenderlo así porque lanzó el miércoles en el sector XV del Barrio Lomas de Tafí un plan de forestación que abarcará también la Capital del Limón y Los Pocitos.
Cada ejemplar tendrá por padrino una conocida figura del ámbito de la cultura o del deporte. Ginkgo bilobas, álamos, ceibos, fresnos, liquidámbar y lapachos son algunas de las especies que se plantarán. Son árboles de entre seis y ocho años, de cuatro a cinco metros de altura, como fueron los álamos que se plantaron en el barrio Lomas de Tafí. Se explicó que el tiempo de gestación les brindará la posibilidad de un mejor desarrollo del ejemplar y ofrecerá mayor resistencia al vandalismo. Se plantarán en total 1.500 árboles. “Sabemos que el calentamiento global nos afecta a todos con distintas manifestaciones de la naturaleza, comprendemos que el hombre es el principal responsable de estos cambios y desde la municipalidad pretendemos enviar un mensaje ecológico contundente”, dijo el intendente taficeño y agregó que convocarán a personas representativas e instituciones educativas que quieran colaborar. “Procuramos que estas acciones trasciendan las fronteras y permitan crear conciencia, especialmente en nuestros chicos, para forjar un mejor futuro”, afirmó.
No es la primera vez que el municipio taficeño se ocupa de los árboles. En 2012, su Departamento de Ecología comenzó a ocuparse de la poda y el recambio de los ejemplares en la ciudad. Realizó un sondeo detallado de cada uno de los árboles de la ciudad, con el apoyo de una cooperativa, que se encuentra dentro del programa Argentina Trabaja. Se hizo también una radiografía pormenorizada de cada ejemplar. El trabajo se asentó en planillas digitalizadas que permiten realizar un control periódico para ver cómo evolucionan las plantas.
Los árboles reducen la velocidad del viento en un 50 %; diluyen las emisiones radioactivas del aire y el sonido, por cada 10 m que se interne en el bosque o en los parques; protegen la piel del ser humano de los rayos ultravioletas emitidos por el Sol; debajo su copa, se produce una disminución de temperatura ambiental en el día hasta de 2° C, y por las tardes hasta de 5° C. Se emplea su madera en la construcción de casas, de muebles, de pisos de parquet.
Es loable esta iniciativa de Tafí Viejo, digna de ser imitada por los otros municipios. Si el cuidado de los árboles se incorporara a la educación, posiblemente se reducirían en el futuro los vándalos, así como la deforestación en el piedemonte; habría también dirigentes más comprometidos en la aplicación de la ley para combatir esta depredación. “La calle que mira al cerro es un pensamiento largo y esta copla se me vuela para el cielo de los tarcos... Yo quiero cantarle al árbol que anda verdeando en mi pueblo. Volverme gajo en el canto y florecer en silencio”, escribió el músico taficeño Osvaldo “Chichí” Costello.