ROSARIO.- “Gringo, Gringo”. Fue lo que más fuerte se escuchó en el estadio “leproso”. El día en que Gabriel Heinze se despidió del fútbol profesional, Newell’s, el club que lo vio nacer como jugador, le agradeció todo su esfuerzo, entrega e identificación con los colores rojo y negro, con una contundente victoria por 4 a 2 sobre el descendido All Boys.
“Todo lo que hice lo hice con alma, corazón y sacrificio. Lo más lindo que le puede pasar a un futbolista es brindar buen fútbol y coronarlo con una estrella (por un campeonato). Eso lo conseguí. Regresé a mi casa para pelear copas y hacer más grande a Newell’s. En estos momentos quisiera agradecerle a todos mis compañeros, con ellos hicimos un fútbol extraordinario y se merecen todo mi respeto”, dijo el defensor, que a lo largo de su carrera logró 12 títulos.
A lo largo de la jornada, Heinze vivió momentos especiales. Antes de comenzar el partido ante All Boys, en una pantalla gigante ubicada en la tribuna visitante, se pudo ver imágenes del ex jugador de la Selección a lo largo de su carrera en Europa, y al final otro video mostró a cada uno de sus compañeros, saludándolo a modo de despedida. Heinze recibió una plaqueta de manos del presidente de Newell’s, Guillermo Lorente; el capitán Lucas Bernardi le entregó un cuadro con la camiseta firmada por todos los jugadores, y su mujer e hijos le dieron otro cuadro con la foto del equipo que inició el encuentro ante All Boys. “No es un adiós, seguramente nos volveremos a encontrar”, concluyó Heinze, que con la Selección jugó dos mundiales y fue campeón olímpico en Atenas 2004. (Especial-DyN)