“El tucumano medio no tiene noción del rico legado de Miguel Lillo. Por ejemplo, dejó 11.000 libros que actualmente son 200.000; las voluminosas colecciones se han acrecentado enormemente. Él fue el que hizo la punta”, asevera Eduardo García Hamilton, que preside la Comisión Asesora de la Fundación Lillo desde hace dos años.

“La Fundación es una institución señera en Tucumán y en el país en investigación biológica, geológica, taxonómica, ecológica y de recursos naturales. El museo es uno de los más importantes de Sudamérica. Las colecciones son impresionantes; las bibliotecas guardan tesoros. De la Colección Humboldt hay dos ejemplares en el mundo, y una está en el Lillo. Todo el legado de Lillo es invaluable, a tal punto que el problema es que no sabemos cómo asegurarlo, y preservarlo es una tarea difícil y permanente”, agrega.

García Hamilton quiere comunicar que la actual comisión, que preside con mandato por cuatro años, está abocada a ampliar el panorama de la fundación en varios aspectos.

“En el plano de las investigaciones estamos encarando convenios especiales con el Conicet para los investigadores de la fundación; firmamos convenios con algunos municipios para preservar la biodiversidad; tenemos un proyecto que persigue hacer conocer a los estudiantes secundarios las ciencias naturales y también para divulgación. Ese proyecto es grande y sin fecha de terminación”, explica.

Buscando más espacio
“El otro proyecto grande es la construcción de un edificio nuevo que pueda albergar las colecciones, de modo de ganar espacio donde estamos -afirma-. Pretendemos construir alojamiento para 30 a 40 alumnos, y no sólo brindar habitaciones sino pensión completa. Que allí haya profesores especializados, para hacer a los alumnos conocer el medio ambiente in situ y en laboratorio. La localización ya la tenemos en el camino a Raco. Ya están los planos de anteproyectos y hay que gestionar los fondos que es lo más difícil”.

El día a día es de investigaciones permanentes en el Lillo: hay proyectos en danza y se plantean otros nuevos, con aplicaciones prácticas directas . “Posiblemente el lunes firmemos otro convenio para producir microorganismos en laboratorio que permitan controlar plagas en pimientos y tomates; así como este hay muchísimos”, resalta García Hamilton.

La Fundación administra los bienes que le dejó Lillo a la UNT y depende directamente del Ministerio de Educación de la Nación. “Tenemos casi 200 investigadores y más de 100 empleados aparte -apunta-. Queremos hacer un grupo de trabajo con el Conicet para jerarquizar la investigación en Argentina”.

Los orígenes
La Fundación Miguel Lillo nace como consecuencia del legado con cargo del sabio y filántropo Miguel Lillo, aceptado por el Estado Nacional en todos sus términos.

La administración de su legado fue encargada por Lillo a 10 personalidades notables del quehacer científico y cultural de Tucumán de la llamada Generación del Centenario, quienes integrarían, con carácter vitalicio y ad honorem, una Comisión Asesora. En caso de fallecimiento o renuncia, los que quedan nombran los sucesores.

En este momento integran la Comisión Asesora Eduardo García Hamilton, Julio Paz, Francisco Sassi Colombres, Nicanor Rodríguez del Busto, Carlos Páez de la Torre (h) y Carlos Rossini. La dirección científica y técnica está a cargo de la bióloga Susana Aranda.

PARA AGENDAR
• Lunes, a las 11, en la sede de la Fundación (Miguel Lillo 251) se realizará una acto homenaje por el aniversario del fallecimiento de Miguel Lillo. Para todo público.

ACTIVIDADES  
 Actividades de esta semana en el Centro Cultural Rougés (Laprida 31).

- Lunes 5 a las 18: Comienza el Curso de Introducción a la Narratología y el Guión Cinematográfico a cargo de Sixto Sobra Prieto y Silvia Camuña.

- Martes 6, a las 9: Flores para Lillo, obra de teatro escrita y dirigida por Víctor Hugo Cortés. Función para estudiantes.

- Martes 6, a las 18: Curso El guión cinematográfico, Alfred Hitchcock, con Sobra Prieto y Camuña.

- Martes 6, a las 20: Inauguración de Exposición en homenaje a Juxxan Bautista Gatti.