Los agricultores y consultores de empresas agrícolas que desarrollan su actividad en el área productiva de Tucumán reclaman, desde hace varios años, que se construyan caminos nuevos que aseguren la extracción de la producción de los campos y su posterior transporte fuera de la provincia.
Hay rutas provinciales que muestran un marcado deterioro, que exige se desplieguen intensas tareas de reparación y mantenimiento, todos los años.
El Gobierno tiene en sus manos la solución. Una vía puede ser lograr fondos a través del Programa Norte Grande; otro, presentando proyectos al Gobierno Nacional, para que sean integradas a la red nacional de obras viales e hidráulicas cuya concreción sea prioritaria para todos los habitantes.
La delegación Tucumán de Vialidad Nacional (VN), junto a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) deberían trabajar en conjunto con los municipios y el Gobierno local, para implementar políticas y convenios que posibiliten detener y redireccionar las correntadas de agua que bajan de los cerros, a la vez que reparar las rutas provinciales y caminos vecinales.
Experiencia
Miguel Ángel Cañas es un productor cañero de larga trayectoria en Tucumán. Despliega su actividad agrícola en Burruyacu, en la zona de Cañada de Alzogaray.
Por eso, su opinión resulta válida al momento de evaluar el estado en que se encuentra la red vial de nuestra provincia.
“En mi zona y lugares aledaños, que podríamos denominar la zona de la comuna de El Chañar, los caminos internos están en pésimo estado”, reconoció el productor con marcada preocupación.
En estos momentos “se está reparando la Ruta Provincial 304, a cargo de la Dirección Provincial de Vialidad, que la está haciendo nueva. Es que lleva años de construida y nunca pusieron ripio ni hicieron un abovedado. A veces pasaban una motoniveladora, pero nada más, Pero cuando llueve se destruye”, describió el cañero.
Los perjuicios
“Quienes siempre sufren las consecuencias somos los agricultores. Esta ruta es muy importante para los productores agrícolas que producen verduras, hortalizas y caña de azúcar y, en general, para todos los empresarios que ofrecen servicios de transporte”, consideró.
Esto se traduce en mayores costos, comentó el cronista de LA GACETA Rural.
“Justamente. Los productores terminamos pagando mayores costos, porque no sólo perdemos tiempo sino que se destruyen nuestros vehículos”, señaló. “Más pérdidas, más costos, y los precios agrícolas que poco ayudan, conforman un combo pésimo”, dijo.
Además -continuó Cañas-, “las Comunas Rurales no tienen medios para encarar los trabajos que se necesitan; les faltan maquinarias y recursos”. Por eso, agregó, “la Provincia tiene que encargarse de todo”.