La tribuna especial ubicada al final de la recta de largada, que lleva por nombre “Valentino Rossi”, fue ayer por lejos la más poblada de las que hay en el autódromo. Casi podría decirse que estuvo “a tope”, como dicen los fanáticos españoles.
Cada uno de los presentes contaba con algún elemento que los relacionara con “Il Dottore”. Las palmas se la llevaron dos espectadores luciendo pelucas rubias enruladas y gafas al tono. Luego, una gran bandera confeccionada por fanáticos bonaerenses, se destacó notoriamente: fue colgada de frente a la pista.
Claro que al momento de la salida del italiano a la pista, se escucharon gritos y aplausos. Y hasta hubo algún emocionado espectador que derramó alguna lágrima.
Tanto gestos de cariño se entienden: hacía más de una década que el ídolo no giraba en un circuito nacional.