La presidenta, Cristina Fernández, interrumpió su descanso en El Calafate para una reunión inédita, al recibir a representantes de los médicos y trabajadores de la salud del hospital de esa ciudad que hace un mes llevan adelante un paro en reclamo de mejoras salariales.
El miércoles pasado, ellos volanteaban en la ruta para socializar el reclamo, cuando la jefa de Estado ingresó a El Calafate junto a su hijo, Máximo. Horas después, una convocatoria sorprendió a los trabajadores autoconvocados: la jefa de Estado los citaba en su residencia particular para hablar con ellos.
“No hablamos de cuestiones salariales con la Presidenta, sino del estado de salud en general de la provincia”, aseguraron al diario La Nación asistentes a la reunión ocurrida el jueves cerca de las 20 horas y confirmaron que ellos no habían pedido el encuentro.
De la reunión no salieron con una solución concreta a su reclamo y según aseguran los asistentes tampoco la esperaban, pero por más de una hora respondieron a las inquietudes de la Presidenta sobre el estado de salud de la provincia.
Ahora, los trabajadores de la salud tienen previsto continuar con la medida de fuerza pese a que el gobierno de Daniel Peralta ya dictó el miércoles pasado, una conciliación obligatoria para los gremios de la salud y convocó para mañana a una audiencia con el sector en conflicto en toda la provincia. La mayoría de los hospitales de la provincia acataron la medida. Esta semana será decisiva para clarificar el panorama.