BUENOS AIRES.- Funcionarios del Gobierno nacional cuestionaron ayer el paro general que impulsó el sindicalismo opositor. Temprano arrancó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien afirmó: “es un gran piquete nacional con paro de transporte”. Agregó que el gastronómico Luis Barrionuevo “neutralizó” a Hugo Moyano y es el líder visible de la medida, incluso “del Frente Renovador, y de la izquierda”.
El ministro coordinador objetó que “se pretendan sitiar los grandes centros urbanos”, lo que calificó como “una metodología del medioevo, un mecanismo que empleaban los señores feudales”.
El jefe de ministros rechazó las demandas sindicales planteadas, relacionadas con la suba del piso de Ganancias y con la afectación de los salarios por la inflación, al señalar que “estas demandas han sido perfectamente contempladas por estas políticas activas”.
“Tenemos una clara conciencia de lo mucho que se hizo, de los logros obtenidos, y de los temas que todavía tenemos en agenda”, añadió.
Por su lado, el ministro del Interior y de Transporte, Florencio Randazzo, calificó a la medida como “paro extorsivo”. “Es una vergüenza que no se le dé la posibilidad a la gente de elegir entre ir a trabajar o no”.
Además, atacó duramente al titular de la CGT Azul y Blanca: “es el dirigente sindical emblema del vaciamiento del Estado de la década del 90”. “No es referente en la Argentina un tipo como (Luis) Barrionuevo”, dijo.
Agregó que no se puede justificar un paro de estas características”. Y volvió a cargar contra los empleados ferroviarios que hacen paro: “los motorman ganan un sueldo de cerca de $ 25.000 y los señaleros $ 20.000”.
Justicia social
El vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, consideró que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner han generado trabajo y justicia social, y que los índices así lo indican. “Hacerle un paro a la Presidenta es lo mismo que hacerle una huelga al general (Juan Domingo) Perón”.
Alberto Sileone, ministro de Educación, opinó que el paro se basó en el transporte y en los piquetes, lo que habla de su debilidad. “Hay una suerte de coacción, de pequeña amenaza en las esquinas para que la gente no vaya a trabajar”, resaltó.
El titular de la CTA oficialista, Hugo Yasky, también cuestionó la medida de fuerza al considerar que “es raro hacerle un paro a un gobierno que recuperó la vigencia plena de las paritarias libres”. En tanto, Martín Insaurralde, diputado del FpV, apuntó que el gran desafío que tiene el Gobierno “es resolver el tema inflacionario con este equipo económico, que tiene que ir tomando las medidas adecuadas”. (DyN)