BELEK (Turquía).- El COI y las federaciones deportivas olímpicas de verano confirmaron hoy que perdieron ya la paciencia con los Juegos de Río 2016, con voces pidiendo incluso un "Plan B" para las sedes y "tarjeta roja" a los organizadores.
El retraso en la construcción de instalaciones para Río 2016 llevó al COI (Comité Olímpico Internacional) a crear "grupos de trabajo" para vigilar de cerca los progresos de los Juegos, al tiempo que su presidente, Thomas Bach, redobló la presión pública sobre los brasileños.
"Es tiempo de actuar", urgió el alemán durante la reunión que el comité ejecutivo del COI está celebrando en la localidad turca de Belek.
"Cuando estuve en enero en Río dije que no se podía 'perder ni un día'. Tras la inspección de la comisión de coordinación algunas semanas atrás se dijo que no se podía 'perder ni una hora'. Compartimos esa preocupación", añadió Bach.
El más combativo respecto de la situación en Río de Janeiro es el italiano Francesco Ricci Bitti, presidente de la Asociación de Federaciones Deportivas Olímpicas de Verano (ASOIF), que puso sobre la mesa la necesidad de un "Plan B" ante los retrasos en las instalaciones cariocas.
Ricci Bitti, que preside también la Federación Internacional de Tenis (ITF), dijo que la de Río "es la situación más crítica en cuanto a preparativos para Juegos en al menos los últimos 20 años".
Si la situación no cambia, Río tendrá que aplicar un "Plan B" en cuanto a instalaciones y pensar en otras diferentes a las que aún deben construirse o refaccionarse, añadió durante una reunión conjunta entre el ejecutivo del COI y el ejecutivo de la ASOIF.
La ASOIF le pidió a Bach que haga otro viaje a Río en el futuro cercano para ver de primera mano los retrasos en la construcción de sedes deportivas, infraestructura, transporte y mejora de la calidad del agua.
Dieciocho representantes de las 28 federaciones olímpicas de verano describieron un preocupante panorama del estado de cosas en la "ciudad maravillosa".
Algunas obras de instalaciones deportivas ni siquiera comenzaron, en tanto que muchas otras están fuertemente retrasadas. Denis Oswald, presidente de la Federación Internacional de Remo (FISA), fue sarcástico al comentar el pésimo estado de las aguas en la Bahía de Guanabara: lo único positivo, dijo, es que "la laguna Rodrigo de Freitas ya está ahí".
Ricci Bitti insistió en que ya se está más allá del límite: "No podemos esperar otros seis meses y seguir perdiendo tiempo". El italiano sugería así que las elecciones presidenciales de octubre en el gigante sudamericano podrían demorar cualquier decisión hasta fin de año.
"Tenemos que subir la presión. Le dije a los brasileños: 'Ustedes tienen un buen piloto y un buen auto, pero hay que cargar gasolina para que el motor empiece a funcionar'".
Ante tantas críticas, Carlos Nuzman, jefe del comité organizador de Río 2016, y Sidney Levy, su director general, respiraron probablemente aliviados por haber sido convocados por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su ministro de Deportes, Aldo Rebelo. Así dispusieron de un argumento perfecto para no ir a Belek, reunión de la que participaron por videoconferencia.
El Ministerio de Deportes brasileño emitió un comunicado en el que asegura que "se cumplirán todos los plazos" y que "los Juegos se celebrarán sin perturbaciones".
Consciente de los múltiples problemas en unos Juegos -los primeros de la historia en Sudamérica- que deben celebrarse dentro de poco más de dos años, el COI anunció la creación de varios "grupos de trabajo" para monitorear Río 2016.
"Vamos a tener varios grupos de trabajo. El primero será uno referido a la construcción de las instalaciones deportivas, y comenzará a funcionar muy pronto", dijo el director deportivo del COI, Christophe Dubi.
Según Dubi, los Juegos brasileños requieren que se tomen medidas especiales, y por eso los "grupos de trabajo" seguirán de cerca lo que se haga en la ciudad carioca.
Un precedente de lo que se hará en Río es el de los Juegos de invierno celebrados en febrero en Sochi. Allí también fueron necesarios "grupos de trabajo" para evitar problemas graves a la hora de los Juegos.
"Los Juegos de Sochi fueron muy exitosos, pero fueron una batalla constante y todo muy ajustado", detalló Dubi, que pese a ver "similitudes" entre los organizadores rusos y los brasileños enfatizó que las situaciones no son comparables. (DPA)