El papa Francisco instó a los fieles a “construir sus vidas sobre lo esencial y deshacerse de los ídolos. Tenemos que deshacernos de los ídolos, de las cosas vanas”, dijo el papa Francisco durante el Angelus dominical, antes de partir de retiro espiritual de Cuaresma a Ariccia, un pueblo al sur de Roma, donde permanecerá seis días. Allí estará cuando se cumpla un año de su pontificado. El viernes, apenas esté de regreso en la casa de Santa Marta, recibirá en audiencia privada a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Durante la misa de ayer, primer domingo de Cuaresma, el Papa se refirió a las tentaciones del demonio durante los 40 días que estuvo Jesús en el desierto: “El Señor nos recuerda antes que nada que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. “Ello - dijo - nos da fuerza, nos sostiene en la lucha contra la mentalidad mundana que rebaja al hombre al nivel de las necesidades primarias, haciéndole perder el hambre de lo que es cierto, bueno y lindo, el hambre de Dios y de su amor”.

“El Diablo, para sacar a Jesús del camino de la cruz, le presenta las tres falsas esperanzas mesiánicas: el bienestar económico, indicado por la posibilidad de transformar las piedras en pan; el estilo espectacular y milagroso, y, por último, el camino más breve para llegar al poder y al dominio a cambio de un acto de adoración al Diablo”, afirma.

“Recordemos esto: en el momento de nuestras tentaciones hay que evitar todo diálogo con el Diablo y hacer sólo referencia a las palabras del Señor, y esto nos salvará”.

Francisco estará esta semana en la Casa del Divino Maestro, un complejo en medio de un bosque en Ariccia. Le aconsejaron que es el lugar ideal porque estarán aislados del mundo, para la práctica de los ejercicios espirituales de la Cuaresma según las enseñanzas de San Ignacio de Loyola, fundador de la compañía de Jesús, la orden a la que pertenece el papa.

Francisco viajará en colectivo, durante 45 minutos, y estará acompañado por los principales cardenales, arzobispos y altos prelados de la Curia Romana. La Casa del Divino Maestro se encuentra en Ariccia, un pueblo a 30 kilómetros al sur de Roma, justo frente de la residencia estival pontificia de Castel Gandolfo.

Francisco decidió realizar el retiro por primera vez fuera de la Santa Sede. El mismo pontífice lo explicó así de esta manera: “antes se celebraban las oraciones pero después algunos continuaban trabajando” y no vivían con la intensidad debida el momento espiritual.

Día por día

Cada día hasta el jueves el papa y los demás prelados harán más o menos lo mismo: a las 7.30 participarán de la concelebración eucarística. Una hora después desayunarán, a las 9.30 meditarán durante tres horas. A las 12.30 almorzarán, luego volverán a meditar. A las 18 recitarán las vísperas y harán una adoración eucarística antes de la cena. El viernes, después de la celebración, volverán al Vaticano.

Se preparaba el cónclave y se hacían todo tipo de apuestas

Un día como hoy, pero del año pasado, se daban los últimos retoques a la Capilla Sixtina del Vaticano donde el miércoles siguiente comenzaría el gran cónclave para la elección del papa tras la renuncia de Benedicto XVI. En todo el mundo no se hablaba de otra cosa. Se hacían todo tipo de predicciones y hasta había una página web - adoptacardinal.org (adopte a un cardenal)- que invitaba a los católicos a rezar por uno de los cardenales para que el Espíritu Santo lo “ilumine y lo guíe en la elección del sucesor de Pedro”. Las apuestas se multiplicaron en todos los ámbitos católicos y no católicos. El cardenal italiano Angelo Scola era el favorito en las casas de apuestas, con valores de 11 contra 1 (en la británica William Hill) o de 3 contra 1 (en la irlandesa Paddy Power). El segundo era el ghanés Peter Turkson, el tercero el cardenal camarlengo Tarcisio Bertone; el canadiense Marc Ouellet, estaba en cuarto lugar, y en quinto el brasileño Odilo Scherer. Pero nadie apostó al cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio. Las apuestas alcanzaban los 11,5 millones de euros.