Esquivo, directo, cordial, enfático y estratega. El diputado nacional y líder del Frente Renovador, Sergio Massa, mostró que le caben esos adjetivos. Fue esquivo al hablar de Néstor Kirchner (“no hablo de las personas”, se disculpó). Directo al plantear cuál es su plan para el país (“hay que hacer un gran consenso político y sentar las bases en los temas estructurales”, propuso). Cordial al definir con quién o con qué sectores políticos forjaría una alianza (“los que estén dispuestos a construir hacia el futuro sin mirar hacia el pasado”, invitó). Enfático al defenestrar la reforma del Código Penal (“que expliquen a la sociedad por qué quieren bajar las penas”, desafió). Y estratega para evitar presentarse como candidato a suceder a Cristina Fernández (“para ser presidente en 2015 hay que trabajar en 2014”, esbozó) y para criticar a José Alperovich.
En una visita a LA GACETA, donde fue recibido por el gerente general, José Pochat, y por periodistas de nuestro diario, el parlamentario nacional ratificó su apertura a forjar alianzas con todos los sectores políticos y adelantó que abrirá varias sedes del Frente Renovador en Tucumán. Massa llegó a nuestro diario acompañado por los legisladores José Teri y Gerónimo Vargas Aignasse; por sus asesores Juan José Alvarez y Ricardo Delgado; por el concejal de Las Talitas Marcos Kristal, y por el ex senador José Carbonell.
- ¿Qué opina de que en el oficialismo le digan “Massita”?
- Así me trata la gente; así me trató durante la campaña y nos fue muy bien en las elecciones.
- ¿Qué fue para usted Néstor Kirchner?
- Por actitud personal no hablo de las personas, de nadie. Mi planteo por el Código Penal, por ejemplo, es por lo que implica esa reforma, ni siquiera es contra las personas que lo escribieron, pese a que muchas de ellas me descalificaron. Han pasado en estos años (en que Kirchner gobernó) cosas buenas: la inclusión jubilatoria, la inclusión por distribución del ingreso, la vuelta a las paritarias como mecanismo de discusión de salarios entre empresarios y trabajadores, la decisión de recuperar el rol del Estado, son cosas buenas que pasaron. Viene un tiempo en que hay que cuidar las cosas buenas que pasaron y corregir las malas que se realizaron.
- ¿Pero qué le dejó Kirchner como persona a su persona?
- El aprendizaje de cuáles son las cuestiones prioritarias a la hora de analizar el funcionamiento del Estado.
- ¿Es usted el candidato del establishment?
- ¿Cuál establishment?
- El financiero y el del manejo del poder económico...
- En campaña planteamos el impuesto a la Renta Financiera. Imaginate cómo defendemos el establishment. Los pseudoprogresistas no se animan a hacerlo. Y nosotros planteamos hacerlo para financiar a los jóvenes que ni estudian ni trabajan e incluirlos en la sociedad. Y no se animaron a hacerlo. No creo que el establishment esté muy contento con eso.
- ¿Pero siente que tiene el apoyo de ese sector?
- Creo que la sociedad argentina quiere salir de esta lógica política que permanentemente nos pone en una eterna contradicción a los argentinos. Todo el tiempo la lógica del sectarismo, de la pelea, de la división. Viene un tiempo nuevo en el que hay que tratar de enderezar las relaciones de todos los sectores de la sociedad para construirle futuro a la Argentina. Dejar de discutir el pasado. Esa eterna discusión si es el campo o la industria, el puerto o el interior, si son los empresarios o los trabajadores. Son discusiones que se llevaron una enorme cantidad de energía y nos dejaron ante la imposibilidad de progresar como país. Tuvimos crecimiento, pero no tuvimos desarrollo. Tenemos pérdida de capital humano como valor, por deficiencias en el sistema educativo. Tenemos que tratar por un tiempo de buscar acuerdos políticos básicos en algunos temas: educación, energía, infraestructura, independencia del Poder Judicial. Esos temas deben ser acuerdos de todos los sectores y debemos llevar la discusión política hacia temas que vayan más allá de la coyuntura. Como país tenemos que tener una estrategia de fondo, con acuerdos amplios.
- Julio Cobos, que pasó hace poco por Tucumán, planteó algo similar. ¿Si hubiese una convocatoria para todos los políticos, de todos los partidos, concurriría?
- Sí. De hecho en diciembre de hecho estuvimos todos (los partidos políticos), menos el kirchnerismo, en una convocatoria de la Iglesia para forjar acuerdos en la lucha contra el narcotráfico. Pasó desapercibido ese encuentro por la fecha, pero es clave, porque plantea una serie de políticas públicas que debe desarrollar el Estado para luchar contra un drama que tenemos en la región, que es el narcotráfico.
- ¿Se define como peronista?
- Claro, de hecho soy miembro del partido. Lo que creo es que somos de un peronismo que planteó un espacio distinto. Convocamos a radicales, a independientes, a vecinalistas, a los sectores más amplios porque entendemos que lo que el país necesita hoy es construir un proyecto de desarrollo.
- ¿Le gustaría ser el candidato en 2015 del movimiento justicialista?
- Para ser candidato en 2015 hay que trabajar en 2014. Hoy hay una agenda pública que es inseguridad, que es inflación, que es falta de infraestructura, falta de inversión; que es presión tributaria, que son los cinco temas sobre los que tenemos que trabajar, más los temas internacionales. Cuando uno mira lo que le pasa a Argentina en término de vínculos con el mundo producto de ese amor inexplicables con Venezuela y con Irán, lo único que se encuentra es que nos vamos distanciando de la comunidad internacional y perdiendo nuestros socios naturales, que son los países vecinos y la alianza del Mercosur.
- ¿Siente que es el político que está en el podio de la política nacional?
- No. La política no es un problema de dirigentes. Siento que la política es el instrumento que nosotros le tenemos que brindar a la gente como herramienta de cambio. Lo importante es qué piensa la gente, no los dirigentes. Los dirigentes son la circunstancia. Tenemos que tener un proyecto claro y decirle a la gente que puede vivir mejor.
- ¿Qué es el kirchnerismo para usted?
- Un sector del peronismo que hoy gobierna en la Argentina. Cuando el peronismo era la centralidad, comulgué con ello. Cuando era la construcción de un espacio amplio.
- ¿Cuáles son sus límites para su construcción política?
- Me parece que el límite más importante es el moral. Los que estén dispuestos a construir hacia el futuro sin mirar hacia el pasado, puede sumarse. Hay que dejar que florezcan 1.000 flores. Es la mejor forma de que tengamos primavera.