Fiel a su estilo, el Papa volvió a sorprender a propios y extraños cuando decidió abrir al público los jardines del palacio de Castel Gandolfo. Este es un complejo arquitectónico de gran belleza, donde los pontífices tradicionalmente pasaban sus vacaciones en silencio y oración. Pero Francisco, que ya decidió que cambiará lo menos posible el estilo de vida que llevaban antes de llegar al pontificado, decidió que no se tomará vacaciones ni en el lujoso palacio ni en ningún lado. No obstante, para él nada impide que lo utilice el público. Es por eso que decidió abrir las puertas de los jardines para que los visiten los que quieran, a partir del primer día de este mes.

De esta manera, el Vaticano puso a disposición de los turistas el famoso jardín Barberini, así bautizado en honor al genial artista renacentista que lo diseñó. El complejo combina bellezas naturales con importantes joyas arqueológicas.

Con esa decisión, el Sumo Pontífice desea que el público pueda acceder “al arte esplendoroso y a la gloria de la naturaleza, que se han unido en ese lugar con un equilibrio admirable”, explica un comunicado firmado por el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci.

Las visitas serán guiadas y la entrada costará 26 euros. También podrá comprarse por 42 euros una entrada general para este jardín y todos los Museos Vaticanos. Para visitar el lugar, las reservas pueden hacerse a través de la página web de los Museos Vaticanos en el sector “Visitas guiadas”.

Un área de 55 hectáreas
El complejo arquitectónico de Castel Gandolfo está formado por tres Villas Pontificias, situadas en un área de 55 hectáreas. Estas tierras fueron cedidas a la Santa Sede con los Pactos Lateranenses en 1929, pero en realidad son frecuentadas por los Papas desde tiempos de Urbano VIII, en el siglo XVII.

Bellezas para recorrer
En la visita se podrá contemplar el Viale dei Ninfei, el estanque presidido por una imagen de la Virgen María- uno de los preferido del beato Juan Pablo II y también de Benedicto XVI para descansar durante sus paseos. También se podrá visitar el anfiteatro romano, el jardín de las magnolias y de las hierbas aromáticas y el criptopórtico, además de las galerías subterráneas construidas en época del emperador Domiciano.

El complejo pontificio también incluye una granja y una explotación ganadera de vacas lecheras, que producen diariamente unos 600 litros de leche que el Vaticano vende en su supermercado y en algunos negocios locales.

El último visitante
Benedicto XVI pasó siempre sus vacaciones en Castel Gandolfo, huyendo del calor de Roma, y permaneció allí durante los primeros meses tras su renuncia. Jorge Bergoglio, en cambio, sólo acudió al lugar el 23 de marzo pasado para saludar al papa emérito; el 14 de julio para pronunciar el Ángelus y el 15 de agosto para la misa dedicada a la Asunción, pero nunca ha pasado allí la noche.