Cuando el fin de semana no se consigue lo previsto, hay tres etapas que son ineludibles en la rutina del plantel “santo”. La bronca que invade al grupo, ni bien termina el partido, da paso al análisis reflexivo, que llega una vez que se enfría el ánimo. Y la tercera, la más importante de todas, salta a escena en la primera práctica semanal. Y ayer no fue la excepción: una vez más, la autocrítica estuvo a la orden del día en el complejo Natalio Mirkin.

Siempre que existe un mal, dicen los especialistas, que lo principal es asumirlo como tal. El resto, después de dar ese primer paso, viene solo. Y así lo hicieron ayer en el búnker “santo”. El dolor por el inesperado empate contra Gimnasia de Entre Ríos aún está fresco. Pero nadie piensa quedarse de brazos cruzados. Los errores que el equipo que dirige Arnaldo Sialle cometió el domingo no pueden quedar en el olvido. Todo lo contrario, deben ser asumidos, y trabajar en base a ellos para solucionarlos.

“Debemos aceptar que no hicimos las cosas bien. Siempre hay que asumir la responsabilidad para poder mejorar los puntos en los que estuvimos flojos”, dice Augusto Max, el hombre que frente al “lobo” entrerriano mostró una pálida imagen.

“Jefecito” no se esconde, saca pecho frente al mal momento y apuesta a superarlo cuanto antes. “Uno siempre intenta hacer bien las cosas. El domingo no estuve bien, por eso quiero tener revancha contra Tiro Federal”, explica.

El rendimiento del equipo dejó un poco de preocupación. Si bien San Martín fue superior a su rival, no fueron pocos los que dejaron el estadio pensando que con el pobre rendimiento mostrado, el ascenso comenzaba a evaporarse. Pero Sialle para en seco. Y pide mesura. “Si bien no ganamos, los números dicen que hace dos fechas estábamos afuera y ahora estamos adentro”, recuerda el DT que, charlas puertas adentro con el plantel, explicó el plan que permitirá abrir defensas férreas. “Tenemos que abrir la cancha, utilizar todo el ancho del terreno. Implementar esto lleva un tiempo, pero vamos a lograrlo lo más rápido posible”, revela.

Para colmo, de la mano de una tarde para el olvido, si se habla de repentización y lucidez mental en ofensiva, llegaron algunos rendimientos muy bajos en lo individual. Max no fue el único que estuvo por debajo de la media, Jorge Serrano también estuvo flojito. “Chopy” asume responsabilidades. No se esconde a pesar de que de él se esperaba mucho más. “El domingo me fui muy mal porque no jugué como pretendo. Cometí muchos errores que hasta altura de mi carrera no puedo cometer. Estaba muy ansioso y eso me jugó en contra”, asegura dejando en claro que sólo piensa en crecer a la par del equipo. “Debemos seguir trabajando para corregir errores y salir a matar en todas las canchas. El ascenso no puede esperar”, cierra “Chopy” que como buen “santo” piensa en grande.