BUENOS AIRES.- El líder opositor venezolano Henrique Capriles deseó que “Argentina no siga el modelo equivocado y fracasado” que “pretende imponerse por la fuerza” en el país caribeño, que atraviesa una ola de protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro. “Ojalá que la Argentina no siga el modelo equivocado y fracasado que pretende imponerse ahora por vía de la fuerza en nuestro país”, sentenció el gobernador del estado venezolano de Miranda.
El mandatario, que salió segundo en las últimas elecciones presidenciales, también reclamó a la Iglesia y al papa Francisco que intervenga en la crisis político y social que vive ese país porque señaló que “puede ser una institución imparcial que convoque al diálogo”. Capriles describió que su país vive “una situación que está totalmente fuera de control” y remarcó que “hay un descontento en todos los sectores del país” con el gobierno de Maduro, que llegó a la presidencia hace 10 meses.
“Más allá de lo que ha querido mostrar el gobierno, de que se está pidiendo que se vaya Maduro, hay una razón de fondo para las protestas, que es lo que está viviendo Venezuela, que va hacia la debacle económica y tiene un grave problema de violencia e inseguridad”, afirmó el dirigente opositor. Al respecto, sostuvo que “la violencia, que se les fue de control (al Gobierno), se suma a una crisis económica, con la inflación más alta del mundo durante el año pasado, de un 56 %, y un índice de desabastecimiento de casi el 30 %, cuando los índices normales marca el 5 %”.
Capriles contó que “no” habló con Maduro, pero sí con muchos de sus funcionarios porque afirmó que su posición “no es de intransigencia” y agregó que “si hoy se analizan” los números en ese país “lo que se va a encontrar son todos los indicadores negativos”. “Hay una profunda ilegitimidad en el ejercicio del poder. Estamos frente a un gobierno que durante estos 10 meses lo que ha hecho es agravar los problemas de los venezolanos”, expuso el líder opositor, quien además aseguró que el Presidente “habla de paz, pero amenaza con llevarse a la gente presa”.
En diálogo con radio Mitre, también afirmó que los resultados de las últimos comicios presidenciales en Venezuela, que determinaron la victoria del chavismo por el un escaso margen, fueron “manipulados”.
“Le ganamos la elecciones a Maduro y se nos robó la elección”, enfatizó el líder opositor, quien además sostuvo que todos estos meses, el mandatario venezolano “ha permanecido en el poder por un secuestro institucional, no por un tema de voluntad popular”.
El también gobernador del estado de Miranda aseveró que Venezuela “no” es Cuba “ni quiere serlo” y manifestó que el modelo del país que preside Raúl Castro “es el que quiere seguir” el chavismo. Asimismo, Capriles opinó que “hoy no hay ninguna señal del gobierno de Maduro de escuchar lo que se está planteando en muchos sitios de nuestro país” durante las protestas que se concentraron principalmente en la capital venezolana de Caracas.
“Hay protestas en distintos puntos de nuestro país, situación que han generado 11 personas asesinadas, cientos de heridos, cientos de detenidos”, describió y enfatizó que su país vive “una situación que se la ha ido de las manos al Gobierno”, pero “la gente ya le perdió el miedo al gobierno de Maduro”. Y desde Caracas denunció que son 219 los manifestantes que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad en las protestas contra el gobierno que siguen retenidos, y que esa situación impidió que acepte las convocatorias de diálogo del mandatario. Capriles señaló que no asistió a una reunión del Consejo Federal de Gobierno, un ente que reúne al Ejecutivo y a gobernadores de regiones, a pesar de que Maduro lo amenazó con aplicarle sanciones en el caso de no presentarse.
En esa línea, el principal dirigente opositor venezolano insistió que ante la violación de los derechos humanos en las protestas no puede asistir a la sede del gobierno para discutir “temas administrativos”. “Es imposible que lo hagamos, esto en solidaridad a las madres que hoy lloran a sus hijos fallecidos o torturados”, recalcó.
“Lo único que quería Maduro era un apretón de mano y una foto para decirle al mundo que todo está bien en el país, cuando internacionalmente está siendo calificado como genocida”, agregó duramente. (DyN-DPA)