BUENOS AIRES.- Familiares de las víctimas de la tragedia de Once condenaron ayer la “corrupción” que provocó la muerte de 51 personas durante el primero de los actos por el segundo aniversario del choque de un tren contra el anden 2 de la cabecera ferroviaria, donde a las 8.32 sonaron las sirenas para recordar la hora exacta del impacto.
Con muestras de dolor, carteles con los rostros de las víctimas y reiterados pedidos de justicia, comenzó una serie de actos recordatorios que seguirán a lo largo de todo el día y que tendrán como cierre, el evento central que se realizará hoy a las 19 en la Plaza de Mayo.
En medio de gestos de profundo dolor, Paolo Menghini, padre de Lucas Menghini, la víctima 51 de la tragedia, condenó “la corrupción” que facilitó la situación que provocó el choque de la formación del tren Sarmiento contra la valla de contención de la estación Once, el pasado 22 de febrero de 2012.
Familiares de las víctimas de la tragedia de Once comenzaron a concentrarse en la estación pasadas las 8 con sus remeras blancas y carteles con imágenes de las víctimas de la tragedia.
A las 8.32, el sonido de las sirenas conmovió hasta las lágrimas a los presentes, que se unieron en un pedido de justicia, en vísperas del juicio oral que comenzará el 18 de marzo y que llevará al banquillo a 29 procesados. Uno de los momentos más emotivos de la mañana fue cuando el sobrino de 14 años de Juan Carlos “Coqui” Alonso, otra de las víctimas del choque, leyó, entre lágrimas, un poema dedicado a su tío en el que expresó que a raíz de la tragedia aprendió que “no valoramos nada de lo que tenemos y lo valoramos cuando lo perdemos”. “Vimos a 52 personas morir por esa corrupción que mata, por esa desidia, por ese ánimo desenfrenado de lucro a cualquier costo”, dijo Menghini en forma enfática y agregó que “es imposible la justicia sin verdad y sin memoria”.
Durante el acto dirigido por Menghini y María Luján Rey, los padres de Lucas, el cura Diego Fares, un teólogo jesuita amigo del Papa Francisco, encabezó una breve misa en la que pidió rezar por “los hermanos que se fueron” aquel 22 de febrero de 2012. El Sumo Pontífice también estuvo presente mediante una carta que leyó Mónica Bottega, madre de Tatiana Pontiroli, otra de las víctimas, en la que el Papa expresó que en el segundo aniversario del accidente su “corazón” se “pone triste” y llora con los familiares.
Antes que Bottega leyera la misiva, Menghini recordó que Francisco los recibió cuando todavía era el cardenal Jorge Bergoglio y ponderó “su solidaridad” y “sensibilidad” con los familiares. Para cerrar el primer homenaje, los presentes dejaron una ofrenda de flores. (DyN)