A fines del año 1933, el Departamento de Agricultura y Ganadería de la provincia, junto a la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia, dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán, se pusieron bajo la tutela del Ingeniero Genetista Antonio Casarrubia para experimentar con el cultivo de diversas variedades de maíz con el fin de lograr un tipo que sea comercializable en el mercado externo.

El ensayo buscaba conseguir que este cultivo, a partir de la mezcla de variedades autóctonas sin valor comercial con las variaciones de exportación tipo ‘Klein’, generen un nuevo tipo que, además de conseguir un buen precio de mercado, se adapte al suelo de nuestra provincia.

La experiencia se llevó a cabo desde el cinco de diciembre de 1933, cuando se sembraron siete variedades de maíces comerciales (cuarentón colorado, amarillo 14 filas, canario 8 filas, selección Casilda, morocho perlado y selección Torres, más el Klein) en las zonas de Concepción y Monteros.


Fuente: La Gaceta 1/12/1933. Archivo Histórico UNT.