CIUDAD DEL VATICANO.- La visita de Dilma Roussef al Papa Francisco no estuvo exenta de las bromas y chicanas de cara al Mundial de fútbol que se desarrollará en el próximo mes de junio.

La mandataria llegó hasta la Santa Sede para presenciar la designación del arzobispo de Rio de Janeiro, Orani Tempesta, y aprovechó para visitar al Papa, entregarle algunos obsequios e invitarlo a su país a presenciar el partido inaugural de la Copa o cualquiera que dispute el seleccionado argentino.

En la ocasión, la presidenta hizo entrega de una camiseta de Brasil firmada por Pelé, y una pelota autografiada por Ronaldo. Al ver los obsequios, Bergoglio dijo "con esos regalos voy a tener que rezar para que Brasil gane el Mundial", a lo que Dilma le contestó pidiéndole "que sea neutral".