La sesión matutina -la primera de la semana luego del resonante triunfo en Posadas- llega a su fin y no hay mayores novedades. Todo es felicidad y buen ánimo. Las victorias generan buena vibra y esta es la clara muestra. Pero ese buen clima se iba a escurrir como arena entre los dedos un par de horas más tarde por culpa de una noticia que cayó como una baldazo de agua congelada en el búnker “santo”.
Albano Becica y Gonzalo Cáceres no habían participado de la sesión matutina porque debían realizarse estudios a causa de las dolencias sufridas duarnte el duelo contra Guaraní. Y en La Ciudadela estaban todos atentos de lo que podían tener dos jugadores que son clave en la estructura de “santa”.
El domingo, en Misiones, Cáceres había dejado el campo a los 60’. Sentía mucho dolor en el gemelo izquierdo y de acuerdo a los síntomas, todo indicaba que podía tratarse de un desgarro. Becica, en cambio, había sido reemplazado 11’ más tarde con un golpe en la zona de la paralítica de su pierna derecha. Un rato antes, Albano había recibido un golpe y pese al dolor, había pedido seguir en la cancha. Incluso, luego del partido, no estaba tan dolorido y en Bolívar y Pellegrini confiaban que el “Mago” podría estar presente el domingo, a las 19, contra Gimnasia de Concepción del Uruguay.
Pero pasadas las 13.30 de ayer, llegó el golpe de nocaut. La ecografía que le realizaron al enganche arrojó el peor pronóstico: desgarro en el vasto externo del cuádricep derecho. “No lo esperábamos porque el domingo Albano quería seguir jugando. Pero, lamentablemente, el estudio demostró que tiene un desgarro de tres centímetros y estará inactivo entre 15 y 20 días”, le confió a LG Deportiva, Roberto Guillén, médico del plantel.
La noticia sacudió los cimientos de La Ciudadela. Becica se perderá los últimos tres juegos de la etapa clasificatoria y, en San Martín comenzaron a prender velas para que llegue en condiciones, si el equipo de Arnaldo Sialle abrocha la clasificación, al Nonagonal final.
Pero no todas son malas. Cáceres que en los papeles estaba más afuera que adentro, tiene motivos para sonreír. “La ecografía demostró que Gonzalo no tiene ningún tipo de lesión. Él sentía mucho dolor en el gemelo, pero por suerte fue sólo un golpe”, explicó el facultativo.