BUENOS AIRES - El papa Francisco tramitó la renovación del Documento Nacional de Identidad (DNI) y el pasaporte porque pretende viajar por el mundo como ciudadano argentino, pese a contar con la documentación del Estado Vaticano, informó ayer el ministerio de Interior y Transporte.

La cartera a cargo de Florencio Randazzo destacó que el pontífice realizó el trámite por las vías administrativas habituales, ya que Jorge Bergoglio “pidió expresamente no gozar de ningún privilegio” para obtenerlos.

Randazzo explicó que Francisco se comunicó con el embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, para manifestarle su intención de renovar la documentación y seguir “viajando por el mundo como el pasaporte argentino”.

“Este nuevo gesto del Papa para con nuestro país nos llena de orgullo”, sostuvo.

“Pese a poder contar con el pasaporte expedido por el Vaticano, eligió viajar como cualquier ciudadano argentino”, valoró.

El funcionario precisó que el trámite se inició el viernes a través de la intervención del centro digital móvil que el gobierno argentino tiene en Roma.

Asimismo, afirmó que allí realizó un trámite “como lo hacen todos los argentinos”, por lo que se “le tomó una foto digital, su huella y su firma en unos 15 minutos”.

El ministro exhibió ayer esa documentación, en la que puede verse a Bergoglio con la sotana y el solideo blancos que caracterizan a los papas y la cruz pectoral, la misma que utilizaba cuando era arzobispo de Buenos Aires. Randazzo aseguró que el pontífice argentino recibirá la documentación “en los próximos días” en la casa Santa Marta, donde fijó lugar de residencia desde que asumió el gobierno pastoral de la Iglesia el 13 de marzo de 2013.

El funcionario insistió en destacar que “el papa Francisco pudo tramitar su DNI y pasaporte en Roma gracias a la modalidad de trámites digitales que instalamos en embajadas y consulados de 49 países”.

En varias de las sedes consulares existe también “tecnología de documentación móvil para casos en los que los compatriotas no pueden acercarse hasta la representación argentina”, agregó.

El Papa como jefe de la Iglesia Católica tiene la posibilidad de obtener un pasaporte diplomático que, por tradición, lleva el número 001.

La ley, promulgada por el papa emérito Benedicto XVI, establece que son ciudadanos del Vaticano el pontífice, los cardenales que residen en el pequeño estado o en Roma, los miembros del cuerpo diplomático en funciones y otros administrativos de acuerdo con el servicio que prestan en la Santa Sede. Es el único Estado donde la ciudadanía se otorga por concesión y no se obtiene por nacimiento.

Semana de decisiones

Por otra parte, Francisco se reunió ayer por primera vez con el Consejo de Cardenales que lo asesora, conocido como “G-8”, y cuyo objetivo es revisar la reforma de la estructura económico-administrativa de la Santa Sede.

Esta comisión estudia las cuestiones organizativas y económicas de la Santa Sede a fin de preparar reformas en las instituciones de Vaticano, orientadas a una simplificación y racionalización de los organismos existentes y a una programación más atenta de las actividades económicas de todas las administraciones vaticanas.

Según informó a Télam Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, se incorporó a las reuniones el secretario de Estado, Pietro Parolín, que a partir de ahora también participará en todas ellas.

“Es justo que Parolín esté presente y no obedece a ninguna modificación de las estructuras”, explicó Lombardi, según informa la agencia de noticias Europa Press.

Así, el Papa, el Consejo de Cardenales, cuyo administrador es el cardenal salesiano Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, y el secretario de Estado, mantuvieron un encuentro con los revisores internacionales de cuentas Joseph Zahra, Vallejo Balda y el alemán Jochen Messmer.

Lombardi destacó que fue “una reunión inicial” y que por lo tanto no se tomó “ninguna decisión definitiva”, al tiempo que adelantó que para mañana está prevista la reunión con la Comisión del Instituto de Obras Religiosas (IOR), más conocido como Banco Vaticano, presidida por Raffaele Farina. El portavoz del Vaticano destacó que la función de las comisiones es dar “consejos al Papa desde el punto de vista organizativo y económico”.