Los familiares y amigos de Ricardo Alberto Aragón, un joven de 29 años que fue asesinado el sábado a la madrugada a metros de su casa, en la esquina del Pasaje Darwin y avenida Eudoro Aráoz, se despidieron ayer de la víctima. Sin embargo, al concluir el sepelio, fueron dominados por la bronca y se dirigieron a la casa del presunto homicida, informó el subjefe de la Seccional 9ª, el comisario Sergio Vilanova.

En varios grupos, se acercaron pasado el mediodía a una vivienda de dos pisos ubicada en la calle Chubut al 800. “Al parecer estaban buscando al padre y al sospechoso del crimen, pero como no los encontraron, le prendieron fuego a la casa”, explicó el uniformado.

Las llamas fueron consumiendo progresivamente el interior de la vivienda y los vidrios comenzaron a estallar mientras los vecinos que habían iniciado el siniestro miraban como crecía el fuego. “La primera vez que vinimos con los bomberos, no nos dejaron pasar y nos recibieron con pedradas. Pero después, como el fuego comenzó a expandirse y puso en riesgo a las viviendas aledañas, dejaron entrar a los bomberos”, continuó. 

Para poder entrar, los bomberos tuvieron que derribar un portón de  metal y al cabo de poco más de media hora, lograron controlar el fuego. 

Silencio de vecinos

Los vecinos que permanecieron en la vereda durante el inicio y el final del incendio prefirieron no hacer declaraciones. Al parecer, la enemistad entre la víctima y el  presunto homicida fue el motivo que provocó este nuevo hecho de violencia. Sin embargo, nadie quiso explicar cómo comenzó el incendio. 

Según la Policía, el presunto agresor y Aragón eran vecinos y periódicamente se proferían insultos entre sí. La investigación de la causa quedó a cargo de la división Homicidios de la Policía, a cargo del comisario Marcelo Sallas, pero aun no pudieron dar con el paradero del sospechoso.