A tan sólo 48 horas de que la Tarjeta Ciudadana se convierta en el único modo de pago para subir a cualquiera de las 14 líneas urbanas, menos de la mitad de los usuarios la utilizan. Vecinos, empresarios y ONGs de defensa del consumidor coinciden en la causa de esta situación: faltan puntos de venta.
Este fue el planteo que realizó ayer la Comisión Directiva de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat), al Ejecutivo de la Municipalidad capitalina.
De acuerdo a estimaciones de Aetat, a la fecha apenas el 40% de los usuarios utiliza el plástico para pagar el viaje. Es decir que, a tan sólo dos días para que el cospel salga de circulación, el 60% de los tucumanos continúa subiendo al colectivo de la misma manera que desde hace un cuarto de siglo: con cospeles.
“Nosotros nos reunimos para pedir una nueva prórroga, porque todavía es mucha la gente que no puede comprar o recargar la tarjeta”, expresó Maximiliano Villagra, gerente operativo de la Línea 19.
De la reunión participaron Daniel Orell, Critóbal Cazorla, Luis García y Villagra, en representación de los empresarios. Como anfitriones estuvieron el intendente, Domingo Amaya, y su secretario de Gobierno, Germán Alfaro. Entre los temas tratados, uno de ellos fue respecto a los problemas en la “gestión comercial” de la tarjeta. El encuentro fue confirmado oficiosamente por fuentes del municipio.
“Fue una charla muy amena, pero nos informaron que no se pospone el plazo. Desde el 1° de febrero la tarjeta será el único modo de pago para viajar en las líneas urbanas. A días del límite de implementación, y tras dos prórrogas, nos sigue pareciendo bajo el uso del plástico”, consignó el representante de la línea 19. “Nos interesa que se solucionen los problemas para evitar el perjuicio del usuario”, indicó García.
Sin embargo, esta no fue la única reunión para solicitar una nueva prórroga. El martes, representantes del Frente de Organizaciones de Defensa del Consumidor y del Usuario (Fodecus) plantearon ante Alfaro y a representantes de la firma Atos (a cargo de la implementación de la tarjeta), que los puntos de venta no eran los suficientes. “Nosotros, según nuestro cálculo, consideramos que poco menos del 50% de los usuarios de colectivos urbanos usa la tarjeta. Estamos ante un problema de distribución. La gente sigue recorriendo a la búsqueda de comercios donde comprar y recargar el plástico. En estas condiciones, pensamos que habrá serias dificultades al momento de sacar de circulación los cospeles”, indicó José García, presidente de Fodecus.
Uno de los reclamos de las ONGs en defensa del usuario, es por el incumplimiento de algunos puntos del pliego de licitación del municipio, que Atos obtuvo. Según versa en el primer punto del apartado “3.3.2) Modalidad del sistema de comercialización”, la empresa Atos debe asegurarse de que haya “al menos 300 puntos de venta”. El sábado, en una entrevista con este diario, el CEO de Atos, Juan Dabusti, indicó que “si eso esta en el pliego, deberemos cumplirlo”. Hasta el momento, hay 170 locales habilitados.
“Si bien desde la empresa anunciaron la implementación de bocas móviles y que se habiliten los supermercados como puntos de venta, aún no hay nada definido. Como agregado, el saldo negativo no está vigente”, finalizó García.
Distribución irregular
La situación de algunos de los 170 kioscos que comercializan la Tarjeta Ciudadana, de acuerdo a un relevamiento realizado por LA GACETA, es irregular. El principal problema planteado por los más de veinte comerciantes consultados (12% de comercios habilitados) es la falta de regularidad en la provisión de stock.
“En este momento estamos sin tarjetas. Hace una semana nos trajeron 25. Cuando vino el empleado a entregarlas, nos dijo que derivemos a los clientes al Centro de Atención al Usuario (CAU, Junín 58)”, comentó Miguel Ale, de un drugstore en Santiago al 400. Idéntica situación fue comentada por Paola (pidió no divulgar su apellido) en un comercio de Santiago al 600. Sorpresivamente, en la misma cuadra Antonio Rodríguez había recibido 50 tarjetas el día anterior. Diego Martínez (Salta 294), consignó que, al menos en su caso, la distribución de los plásticos se normalizó. “Hubo un momento en que estuvimos tres semanas sin que nos traigan, pero ahora se regularizó. Pese a eso, el margen de ganancia me parece bajo”, reclamó Martínez.
La empresa a cargo de la distribución de las tarjetas y del saldo para los pósnet es tercerizada por Atos a la firma Logística y Distribución. Desde las oficinas de esta empresa, indicaron que no se encuentran habilitados para tratar con la prensa.
Si dentro de las cuatro avenidas dar con los puntos de recarga suele ser problemático, en los barrios esta situación se agrava. Carlos Alvarado vende la tarjeta (9 de Julio 1.500) y espera que el sistema pueda instalarse, pero -según dijo- es necesario garantizar la provisión de plásticos. Además, cargó contra Dabusti, quien había informado que el faltante de tarjetas se debía a que algunos comerciantes “guardaban” cerca de 10.000 plásticos. “Si sostiene eso, que haga las denuncias pertinentes. Después los vecinos vienen a increparnos a nosotros, cuando -en mi caso- no tengo ninguna responsabilidad con el faltante”, bramó. La vida del cospel fue prorrogada en dos ocasiones: el 1° de diciembre y el 11 de enero.