En agosto de 1989, una leyenda norteamericana subió al teatro Ópera de Buenos Aires, invitado por León Gieco. De barba canosa, con su banjo y su guitarra, Pete Seeger era un desconocido para la mayoría; pocos (muy pocos) conocían la historia de este hombre de entonces 70 años, figura mítica del folk norteamericano y emblema de la dignidad en las luchas ciudadanas de su país.
El lunes, este cantante, investigador y compositor, considerado como una de las principales figuras de la música y activista por los derechos humanos, falleció en Nueva York a los 94 años. La muerte del “testamento del poder de la canción y la cultura”, tal como lo definió Bruce Springsteen, ocurrió “por causas naturales”, informó su nieto, Kitama Cahill Jackson.
Seeger defendía el sentido comunitario de las canciones, como un vehículo de la acción política. Cantó para el movimiento obrero; en defensa de los derechos civiles y contra la guerra del Vietnam y de Irak; apoyó la lucha por el medio ambiente y clamó contra las campañas belicistas. Fue mentor de jóvenes que empezaban, como Bob Dylan, Don McLean y Bernice Johnson Reagon. Y actuó en el concierto de inauguración de la primera presidencia de Barack Obama, en enero de 2009, cuando consiguió que medio millón de personas cantaran con él y con Springsteen el clásico de Woody Guthrie, “This is your land”, ante el monumento a Lincoln en Washington.
De familia
Hijo de una familia de músicos, Seeger nació en 1919 en Nueva York. Durante las décadas de los 40 y 50, se convirtió en una figura clave en el redescubrimiento del folk. Fue cofundador de los influyentes grupos The Weavers y The Almanac Singers, con los que grabó canciones en apoyo a las fuerzas republicanas durante la Guerra Civil Española (1936-1939).
La persecución anticomunista en EEUU que encabezó el senador Joseph McCarthy marcó un repentino cambio en su carrera. Seeger llevaba tiempo en el punto de mira de los conservadores por sus combativas letras y su anterior militancia en el Partido Comunista, y en 1955 fue citado ante el Comité de Actividades Antiamericanas. Rechazó declarar y, junto a Arthur Miller y otros seis escritores, fue hallado culpable y condenado a prisión.
Durante años, fue boicoteado por los medios comerciales y tuvo que emprender “tácticas de guerrilla cultural”, como él llamaba a esas actuaciones en colegios, comunidades religiosas o campamentos de verano.
Su impronta de patriarca volvió a ponerse de manifiesto en su cumpleaños 90. Era 2009 y 40 destacados artistas, entre ellos Springsteen, Joan Baez, Kris Kristofferson y Eddie Vedder acudieron a una fiesta que incluyó un concierto, cuyos ingresos por entrada fueron a parar a la organización ecologista Clearwater. “Frente a la trivialidad de la mayoría de canciones pop, las letras de mis temas poseen la carne que nos da la vida”, sostuvo alguna vez.