NUEVA YORK, Estados Unidos.- La empresa creadora de la aplicación "Angry Birds", la finlandesa Rovio, negó este martes que trabaje con los servicios secretos estadounidenses y británicos, después de que el "New York Times" y el "Guardian" publicaran informaciones sobre el espionaje realizado a través del popular juego.

Según los medios, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y el servicio secreto británico GCHQ recaban informaciones como la localización, edad o género de los usuarios a través de ciertas apps, entre ellas la popular "Angry Birds". El canal estadounidense NBC aseguró que la NSA también analiza informaciones de la plataforma de videos YouTube y de redes sociales como facebook y Twitter.

Hace tiempo que se habla de que las aplicaciones, sobre todo las gratuitas, permiten muchas veces obtener información del usuario. Un clásico ejemplo suele ser la app que permite utilizar el flash del teléfono como linterna y que a la vez recoge datos como la ubicación o el número de identificación del aparato. La aplicación para Android fue bajada al menos 50 millones de veces.

"New York Times" indicó que los servicios secretos colaboraron para obtener información sobre la localización cuando una persona utiliza un mapa de Google o sobre la libreta de direcciones cuando alguien usa una aplicación online de las redes sociales.

Las redes de publicidad que recogen informaciones sobre los usuarios a través de aplicaciones gratuitas intentan así personalizar sus anuncios. Al parecer, una de esas plataformas, Millennial Media, ofrecía una gran cantidad de información, apunta "The Guardian". Esta empresa estuvo involucrada, entre otras, en una edición especial gratuita de "Angry Birds", y también trabajó con el creador de "Farmville", Zynga.

Las nuevas revelaciones aportan una nueva pieza al mosaico sobre el amplio sistema de vigilancia de la NSA, tras saberse que accedió a distintos tipos de comunicación electrónica, así como a informaciones relacionadas con llamadas telefónicas, el contenido de agendas y, al menos en el pasado, al tráfico interno de datos entre centros de empresas como Google o Yahoo.