Hay buenas ideas e intenciones que para llegar a concretarse deben sortear una serie de adversidades y aun así corren el riesgo de malograrse y pueden llevar una gran frustración a miles de personas. Ello puede ocurrir en Tucumán con el Programa de Crédito Argentino (Procrear), lanzado hace un año y medio por el Gobierno nacional. Una parte está destinado a familias que no cuenten con un terreno propio y que deseen acceder a una de las nuevas viviendas construidas por el Programa. Para ello el Estado nacional, las provincias y los municipios se comprometieron a ceder tierras públicas en zonas urbanas a lo largo del territorio nacional, donde se construirán modernos desarrollos urbanísticos. El problema es que los terrenos fiscales no son suficientes, de manera que hay que buscar a nivel privado. Ante la demanda, se ha incrementado notablemente el valor de los lotes.
En el último sorteo, efectuado en octubre pasado, fueron sorteados 6.433 tucumanos en las distintas líneas que ofrece el programa: construcción; ampliación, refacción y terminación; compra de vivienda a estrenar, y compra de terreno y construcción. El crédito -para adquirir terreno- es de $ 120.000 para quienes su sueldo no supere los $ 6.000, y de $ 150.000 para los que ganen entre $ 6.001 y $ 30.000. Pero el préstamo sólo cubre $ 100.000, de modo que el beneficiario debe hacerse cargo del resto. El valor final del terreno es determinado por el informe de tasación que realice el Banco Hipotecario, que es la entidad fiduciaria y administradora del crédito. Actualmente, se encuentran en ejecución en nuestra provincia 1.281 viviendas.
Un grupo de más un centenar de familias beneficiarias en la línea Terreno y Construcción del plan nacional de préstamos, se nucleó en una página de Facebook. Su vocera señaló: “nos dimos con que los predios que se encuentran en condiciones están por las nubes. El Programa fija $ 100.000 para la compra; más otros $ 50.000 que ya debemos poner nosotros”.
En noviembre pasado, la Nación firmó un convenio con siete gobernadores, entre ellos el tucumano, que señala que la Anses financiaría con $ 4.000 millones la infraestructura en 40.000 terrenos fiscales de las siete provincias. Ya en esa oportunidad, el jefe de Gabinete había admitido un proceso de especulación en alza que dificultaba la adquisición de un terreno. “Estamos viendo quién de la actividad privada nos puede vender el terreno para hacer la infraestructura; no es fácil conseguir. Más de 2.000 personas no tienen el terreno”, dijo Alperovich días atrás.
La realidad muestra la desazón de miles de personas que ven que la esperanza de tener el techo propio se les está yendo de las manos. Por otro lado, la fiebre especulativa del mercado inmobiliario, que refleja una vez más que solo le interesa hacer negocios a cualquier precio, aun a costa del bien común. El Estado fue imprevisible; era esperable esta especulación, teniendo en cuenta la larga historia argentina en esta materia. Por otro lado, los fondos deberían surgir de otro lado y no del dinero de los jubilados, por más noble que sea el propósito.
Parece positivo que Nación, Provincia y los municipios hayan decidido trabajar juntos en pos de una solución; deberían sumar a la Cámara de Empresas Inmobiliarias. Se trata nada menos que de hacer posible el sueño de todo argentino: tener la casa propia.