TEL AVIV.- La última morada de Ariel Sharon sobre la colina de las Anémonas encaja con el hombre y su personalidad. La sepultura del ex primer ministro israelí en su adorada granja en el desierto de Neguev es sencilla, modesta y cercana a la tierra. Y allí fue sepultado, junto a la tumba de su esposa Lily, fallecida en 2000. Aficionado a la agricultura, Sharon prefería ser enterrado allí, en el campo, que en el Monte Herzl en Jerusalén, sobre el que descansan otras importantes personalidades de la historia de Israel.

Su estampa robusta le valió el apodo de “bulldozer”. El ex primer ministro británico Tony Blair lo describió en el funeral oficial en Jerusalén como valiente y nada ortodoxo, pero también cálido, gracioso, encantador y apasionado. En una ocasión Sharon le reveló a un periodista que tenía una pasión secreta por las películas románticas.

Sus hijos Omri y Gilad lloraron cuando una cantante interpretó su canción favorita, “Venimos ambos del mismo pueblo”, de Naomi Schemer.

Las partes controvertidas de la biografía de Sharon fueron obviadas en la ceremonia que se celebró ante la Knesset. Sharon, que fue jefe de gobierno de Israel entre 2001 y 2006, fue “un hombre complejo”, se limitó a decir el vicepresidente estadounidense, Joe Biden. A veces causaba “controversias e incluso condenas”, pero vivió en “tiempos difíciles”. “Se puede pensar bien o mal de Arik Sharon, coincidir con él o no”, dijo Blair. Pero Sharon siempre persiguió “un objetivo noble: Siempre luchó por un futuro seguro para Israel. Cuando eso significó luchar, luchó. Cuando significó hacer la paz, buscó la paz. Y tuvo la misma determinación férrea en el campo de batalla que en la diplomacia” sostuvo el ex premier británico, que conoció muy bien, también de forma privada, a este “peso pesado de la política”. Sharon “soñaba con la paz”, pero a veces dejaba “escombros” en su camino. A los palestinos, ninguna de estas declaraciones les satisface. Para ellos Sharon es “el carnicero de Beirut”, a pesar de haber sido quien inició la retirada de la Franja de Gaza. Era ministro de Defensa cuando en 1982, durante la Guerra del Líbano, milicias cristianas aliadas con Israel asesinaron a cientos de palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Shatila. Más adelante, se le atribuyó parte de la responsabilidad y tuvo que renunciar.

Durante 2000, como líder de la oposición, Sharon desató un segundo levantamiento palestino con una provocativa visita al Monte del Templo en Jerusalén. Y después reprimió la Intifada como jefe de Gobierno. (DPA)