El calvario no se termina. Las constantes denuncias de los vecinos por la falta de agua van más allá del déficit de lluvias en los últimos años. Al menos eso sostienen algunos expertos, quienes coinciden en que los motivos de fondo para semejante escasez responden a diferentes causas, entre ellas, los problemas de infraestructura, la reducción del índice de lluvias, el aumento de temperatura y la cultura del derroche.

Uno de los principales problemas, afirman, es la cultura del derroche que está instalada en Tucumán desde hace muchos años. “Cada tucumano debería consumir alrededor de 200 litros por día y, en realidad, el consumo de cada habitante es, al menos, el doble”, indicó el ingeniero Oscar Graieb, docente de la UTN.

En una línea similar, Juan Carlos Luján, docente jubilado de la misma institución, indicó que hay un problema que está ligado al aumento de las zonas urbanas y a la construcción de edificios que reducen las áreas de infiltración del agua.

Al igual que Graieb, Luján destacó la cultura del derroche incorporada en los tucumanos. Sin embargo, indicó que gran parte de este derroche también se produce porque se utiliza agua potable no sólo para beber o para cocinar, sino también para la descarga del inodoro y la limpieza. “El uso de una sola red de agua también muestra el despilfarro de agua potable para tareas que no necesitan agua potabilizada”, reflexionó Luján.

Protección del usuario

El Representante de los Usuarios del Ente Único de Regulación y Control de Servicios Públicos (Ersept), José García, indicó que muchos de estos problemas han sido incluidos en el plan de Contingencia previsto por la SAT entre 2013 y 2017. Por ello, indicó, plantearon un programa de capacitación y anunciaron la instalación de medidores para unificar las tarifas.

García explicó que hay muchos problemas crónicos que vienen arrastrándose, entre ellos, la edad de la red de tuberías. “Hemos solicitado que se realicen obras de cambios de cañería de red para desincrustar caños muy tapados. Una salida veloz a este problema, inclusive, es realizar un bypass a la tubería afectada”, relató.

“También nos dimos cuenta de que muchas veces, al abrir las válvulas para dar más presión, las cañerías viejas empiezan a reventar y surgen los problemas en todos lados. A causa de las pérdidas, la SAT terminó derrochando más que cualquiera”, esbozó García.

A raíz de este panorama, es que -según fuentes del Ersept- se lleva adelante una política de acercar a los usuarios con inconvenientes directamente con las empresas prestadoras del servicio.

El abuso que algunas empresas realizan del agua o el hecho de que algunas tengan pozos propios sobre los que la provincia no ejerce un control también fue destacado por el representante de los usuarios en el ente provincial.

Respecto a las inversiones, indicó que es fundamental realizar tareas a largo plazo para aumentar la provisión. “Es necesario construir sí o sí otro dique. Otra solución -más veloz- sería la construcción de 80 pozos para suplir los inconvenientes. Debemos entender que son obras complejas y que deben analizarse en profundidad. Porque hay zonas en las que la solución es un acueducto y no otro pozo”, aseguró.

Por último, García indicó que deben adecuarse las leyes para proteger al usuario. “No puede entregarse un barrio sin que se garantice la correcta provisión de agua, de luz y de transporte, por ejemplo”, finalizó.