Un rumor aterriza en los oídos de LG Deportiva y toma fuerza como el viento que empieza a remover la fiaca de los presentes en el Complejo Confraternidad. Se dice: un “decano” está por cambiar de bando; cruza a la vereda del frente, a Bolívar y Pellegrini. A San Martín. Bomba. Inesperada, por cierto, a esta altura de las circunstancias. “Fue dura la decisión, pero en el fútbol tenés que buscar tus oportunidades, ganártelas y hacerlas valer. Yo acá en Atlético tuve las mías, lamentablemente no pude hacer todos los goles que hubiera querido. Espero en San Martín poder hacerlo”.
Fabricio Lenci, el mismo que hace seis meses amargó a los de La Ciudadela, mañana, si los astros se le alinean será un “santo” más en el escuadrón celestial de Juan Amador Sánchez. “Necesito jugar”, insiste Lenci. El delantero la viene corriendo de atrás el gusto de Diego Erroz, entonces, ante la insistencia del primo y “enemigo” de toda la vida de contar con sus servicios, decidió aceptar la oferta. “No soy el primero que lo hace, entiendan que lo hago por un necesidad”, afirma. Lenci implora sentirse vivo, tener la libertad de estar entre 11 futbolistas que semana a semana salen a buscar puntos y gloria en una cancha de fútbol, y en Atlético no tiene ese lugar ganado ahora. “Hay otros chicos en un gran nivel”, dice.
“Me voy con bronca, siento algo en el corazón que no se me va a ir. No pude hacer los goles que hubiese deseado”, lamenta. En total, el delantero jugó 16 partidos oficiales en el “decano” (ocho de titular y ocho de suplente), anotando un gol frente a Aldosivi. Durante la dirección técnica de Ricardo Rodríguez jugó mucho más seguido que con Erroz.
Aún así, en cierta forma, Lenci vive en el Purgatorio en este momento. La vida, su vida continúa. Apostó por la cercanía de barrios y por otra categoría para evitarle a su familia otro vía crucis de mudanzas. “Tuve ofertas de Perú, de Real Garcilaso; otra que está en veremos de Ferro, pero bueno, la de San Martín me convenció y por eso la acepté. Faltan detalles, está todo bien. No sé cuándo debo presentarme”, cede detalles el punta.
¿Y qué pasa si...?
Para que su deseo de emigrar se cumpla al 100% a Atlético debe llegar un refuerzo, sino la operación se caería. “Depende de eso también. Voy a hablar con Diego (Erroz) y ver qué me dice. Si me deja ir igual o no. Si no se da, me quedaré a pelearla”, aclara con el debido respeto que merece esta historia. “Sé que los hinchas me van a putear y los entiendo”, anticipa.
La decisión tomada de Lenci no fue una sorpresa para la mayoría de sus compañeros. El artillero fue claro al respecto y no tapó el sol con la mano cuando comenzó a cocinarse la negociación. Dio la cara y comentó su situación. Cada uno lo apoyó a su manera. Fue su elección y aceptada por el resto.
“Si me voy, te repito, me iré con tristeza por no haber podido dar más”, regresa la cinta Fabricio, dolido por el paso en falso pero al mismo tiempo expectante por el futuro. “Te digo la verdad, nunca jugué Argentino A. Jugué en B Metropolitana donde quizás se juega un poquito más. Es duro y largo este torneo”, se sincera, y agrega. “Arriesgué de irme de la B Nacional al Argentino A para seguir sumando individualmente cosas importantes”. “Fabri” ya piensa en el ascenso.
A horas de cambiar el rumbo, Lenci todavía se siente “decano” y, en caso de quedarse, querrá ganarle a San Martín el próximo domingo, en el Monumental por la Copa LA GACETA. Y si le toca ser visitante en el “José Fierro” irá por todo. “El fútbol, lamentablemente es así”. Vidas cruzadas si las hay...