Poco más de 50 km al norte de la ciudad de Mendoza está el paraíso. Desde 2001 es reserva natural: 67.000 hectáreas de la más pura precordillera donde se trata de preservar la flora y fauna autóctonas, sumamente ricas en especies y ejemplares. Además del agua, claro...
Dentro de ella, el hotel Villavicencio, construido en 1940 con estilo normando, recibió durante mucho tiempo un turismo muy selectivo. En junio de 2013 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Está rodeado de un parque impresionante, dentro del cual, caminando un ratito, podrás encontrar los manantiales de aguas termales, con temperaturas de entre 25° y 32°.
Hay un centro de visitantes, atendido por guardaparques, donde se consigue cuantiosa información y el hotel puede visitarse de 9 a 17; se realizan también excursiones por la reserva. Uno de los senderos, conocido como Caracol de Villavicencio de unos sinuosos 17 km, te permite alcanzar la Cruz de Paramillos, antiguo paso hacia Chile. En el camino llegarás hasta El Balcón, desde donde podrás disfrutar de la vista de las cumbres andinas, incluido el Aconcagua.
Otros tiempos
En su época de esplendor tenía 30 lujosas habitaciones, a cuyos baños llegaba el agua termal; hermosos jardines, glorietas, piscina, cancha de tenis, y hasta una capilla neocolonial, con detalles barrocos de la época de la colonia y techo de paja, donada por una pasajera.