Marcos Muñoz es un productor tucumano de poroto, que desarrolla su actividad en campos del Norte, en Salta, y también en San Pedro de Guasayán (en el límite entre Santiago del Estero y de Catamarca) y en Guampacha (Santiago del Estero).

“¿Sembrar? Aún no sabemos porque estamos esperando que las lluvias sean intensas y con buena distribución. Es que los campos destinados a poroto aún no tienen llenos sus perfiles”, comentó a LA GACETA Rural.

Hasta ahora, las precipitaciones registradas tuvieron una distribución muy irregular y despareja, por lo que no beneficiaron a casi ningún productor. “¿Una vez que lleguen las lluvias nos dedicaremos a hacer los barbechos, y después recién a sembrar”, explicó Muñoz.

Respecto de las fechas de siembra, el agricultor dijo que “el período ideal es entre el 15 de enero y el 15 de febrero, que ya sería tardísimo como para sembrar”.

En cuanto a las semillas, Muñoz reconoció que “están faltando; nosotros tenemos lotes propios en la zona de Trancas, que son de producción propia, pero sabemos que en el Norte, en Salta más precisamente, están faltando semillas”.

Las enfermedades no son un problema por el momento, por la sequía. “Nosotros hacemos poroto negro; no tenemos enfermedades, más aún en este contexto de fuerte sequía; por eso, no prosperan las enfermedades”.

En cuanto a la comercialización, Muñoz dijo que la mayoría de los campos argentinos produce para el mercado brasileño.

“Se trabaja con brasileños, pero nunca accedemos al consumidor final. Trabajamos con poroto negro; a veces con algún ‘carioca’, pero el problema es que a veces la venta no es fácil, por eso no se hace mucha superficie con esta variedad”, explicó.

En cuanto al poroto “blanco”, el productor reconoció que “es una variedad muy delicada”. “Como requiere de una inversión importante, y como faltan buenas lluvias, casi ningún productor se anima a hacer poroto blanco”, dijo.

“El precio se mantiene firme, por el momento”, comentó, pero para terminar insistió: “esperamos que llueva”.